viernes, 21 de junio de 2013

David Cameron llama al Ejército sirio a un golpe de Estado


El primer ministro del Reino Unido, David Cameron, ha invitado al Ejército de Siria así como a las fuerzas de seguridad del país a un golpe de Estado contra el Gobierno de Bashar Al Assad en una obvia injerencia en los asuntos internos del país árabe.

El alto cargo inglés, ha asegurado que tanto el Ejército como las fuerzas de seguridad del país árabe, garantizarán su futuro con la derrota de Al Assad.

Asimismo, en la cumbre de G8 Cameron intentó alcanzar la firma de un plan de cinco puntos sobre Siria, en el que se insistía, entre otros, en la creación de un Gobierno de transición en este país.

La sugerencia fue rechazada por Rusia que tachó de sin fundamentos las acusaciones contra el Gobierno sirio considerándolas una excusa para justificar la intervención extranjera en este país, según el canciller ruso, Serguei Lavrov.

Algunos políticos dicen que Camerón, mediante esta llamada a golpe de Estado, está intentando mandar un mensaje indirecto a los comandantes del Ejército y las fuerzas de seguridad indicándoles que no perderían su posición en el caso del derrocamiento de Bashar Al Assad.

Los líderes de Occidente creen que si las autoridades de Siria consideran garantizados sus futuros, se rebelarían ante el Gobierno constitucional de su país.

Desde hace más de dos años que Siria es escenario de disturbios perpetrados por terroristas, financiados, dirigidos y armados desde algunos países occidentales y varios regionales, como EE.UU., Arabia Saudí, Catar y Turquía, para derrocar el Gobierno de Damasco.

Un zorro recurre a los humanos en busca de ayuda

  

Armas letales en la Antiguedad ( Alienigenas Ancestrales )

       

¿Cuál es el futuro del levantamiento turco?



Siempre que el levantamiento no se aplaste o sea secuestrado -o no se esfume- tiene el potencial de crear cambios duraderos en la democracia turca

Las medidas adoptadas por una coalición de activistas contra la destrucción de un parque público en el centro de Estambul se han extendido a más de 60 ciudades y provincias, varios millones de personas han salido a las calles en protesta generalizada contra el gobierno del partido gobernante AKP. El gobierno ha atascado las comunicaciones continuamente, ha apagado las cámaras de vigilancia, y utilizó su influencia sobre los medios de comunicación nacionales para suprimir el conocimiento tanto de la magnitud de la revuelta como de la brutalidad de la respuesta policial.

El 8 de junio de 2013 la policía se ha retirado de la plaza Taksim, dejándola temporalmente en manos de los manifestantes. Los manifestantes han levantado redes de barricadas de manera improvisada a una distancia de 50 metros a lo largo todas las rutas principales que conducen a la plaza. Los principales enfrentamientos se han producido en otras áreas alrededor de Estambul y en muchas ciudades de Turquía. Ha habido tres muertes confirmadas, miles de heridos, detenciones masivas e informes no confirmados de tortura policial.

Este artículo no pretende dar una explicación estructural de las causas de la sublevación. Dichos datos explican mejor los acontecimientos que han tenido lugar en Turquía más que dedicarse seriamente a ellos. Hablan más de la Turquía de ayer que la Turquía de mañana. En su lugar, este artículo intentará esbozar los posibles caminos que puede tomar el levantamiento.

Violencia de Estado y de capital

Comenzando por la redada antes del amanecer del 30 de mayo en el parque Gezi, la respuesta del Estado ha sido un uso agresivo de los antidisturbios, multitudes han sido agredidas con una abundante cantidad de gas, agua y balas de goma. Incluso muchas áreas urbanas de Turquía se han convertido en una nube casi contínua de gas. Asfixiaba tanto a transeúntes como manifestantes, el aparato estatal ha -al menos- ha evitado los excesos de la Primavera Árabe.

Si bien ha habido un número de casos confirmados en el AKP de matones respaldados por la policía que han atacado a los manifestantes pacíficos, Erdoğan tiene que hacer valer sus repetidas amenazas de llevar a cabo su ejército de seguidores. El 4 de junio, la Policía de Estambul emitió una orden para abstenerse del uso de gas salvo los casos de legítima defensa, aunque por otro lado continúa la agresión policial en otras partes de Turquía. Los manifestantes, por su parte, han mostrado una notable moderación.

Es una pregunta abierta el tiempo que durará esta situación. A medida que se ha extendido el levantamiento, se está empezando a tener un impacto perceptible en el funcionamiento del capitalismo turco. Los principales centros de comercio en toda Turquía se han convertido en zonas de guerra, el mercado de valores cayó más de 10 por ciento en su primer día de operaciones tras el inicio de la revuelta, y las protestas están empezando a afectar a las ofertas de gas de Turquía con sus vecinos. El martes, el diputado Bülent Arınç advirtió que la protesta ya había costado 70 millones de liras turcas (28 millones de euros) a la economía.

Si estos disturbios continúan o se intensifican por huelgas a gran escala, la situación puede cambiar drásticamente. Mientras el gobierno parece haber retrocedido un poco de su ataque inicial, tal vez con la esperanza de salir de la tormenta, el capitalismo es mucho menos paciente y tiene muchos más amigos. Si el capital turco e internacional consideran que el levantamiento constituye una amenaza a sus intereses, Erdoğan se enfrentará a una creciente presión para resolver la crisis. Tal escenario tendría dos soluciones: un mayor apoyo a Erdoğan y el consiguiente aumento de la violencia del Estado, o la presión internacional hacia Erdoğan para evitar esta situación (a través de concesiones o dimisiones) y la consiguiente disminución de la violencia estatal. Por el momento este último parece más probable.

El secuestro de la sublevación por parte de los partidos de oposición

Las revueltas griegas y españolas que estallaron en el verano de 2011 estuvieron marcados por una renuncia total del orden político existente. Las protestas fueron dirigidas no sólo al gobierno de turno, sino contra el sistema político en su totalidad. Todos los partidos políticos existentes, de hecho, todo el sistema de la democracia representativa parlamentaria, fue objeto de acusación. Rebelarse contra la sociedad “democrática” que negaba su existencia, las ocupaciones griegas y españolas crearon, a través de sus amplias redes de asambleas generales, las estructuras de la democracia directa que creían deben tomar su lugar.

La situación actual en Turquía es diferente. El AKP ha estado en posesión exclusiva del poder de gobierno desde 2003. Como resultado de ello, los distintos partidos de la oposición, encabezados por el Partido Republicano del Pueblo (RPP) y el Partido Acción Nacional (PAN), no han estado implicados en la crisis actual. El levantamiento ha señalado al AKP, y sólo al AKP, como la raíz de sus problemas. Al igual que la Hermandad Musulmana en Egipto, los partidos de la oposición han sido pillados totalmente por sorpresa por la magnitud de la revuelta y se apresuraron a interponerse a sí mismos en la situación. Por su parte, los manifestantes han mostrado un notable afán de ir más allá de las viejas lealtades políticas, étnicas y religiosas. Sin embargo, a pesar de la actual tenor no partidista de la insurrección, sería imprudente descartar el posible futuro impacto de los partidos de la oposición.

Con el paso de los días, las banderas turcas y los cánticos nacionalistas de “nosotros somos los soldados de Atatürk” han dejado su huella en las calles. Tal vez lo más preocupante han sido los intentos tardíos pero eficaces de los líderes de la oposición y los parlamentarios para sacar provecho de los acontecimientos, lanzando su peso detrás de la sublevación en discursos alabando la valentía de los jóvenes de Turquía. Si esta tendencia se acelera, existe la posibilidad de que el levantamiento podría recaer en un referéndum forzado (con éxito o no) en el gobierno del AKP, dejando sin cambios el sistema político subyacente. Tal resultado podría suponer haber esperado al próximo ciclo electoral y evitar las nubes de gases, detenciones masivas y el derramamiento de sangre.

El auto-agotamiento de la sublevación

Una preocupación persistente de muchos de los involucrados en el levantamiento ha sido la posibilidad de su propio agotamiento. Hasta ahora, estos temores han quedado injustificados. La primera semana de las protestas se ha caracterizado tanto por un aumento del número de manifestantes como por una ampliación de los fondos sociales y políticos de las personas involucradas. Las batallas de fin de semana han dado paso a las jornadas laborales, las plazas centrales de Turquía se han convertido en ocupaciones por los diferentes sectores de la sociedad en función de la hora del día. Grupos de activistas más radicales mantienen una vigilia de las plazas por la noche y se unen con los sindicatos en huelga y los estudiantes durante las jornadas de trabajo.

Las mayores aglomeraciones se producen durante las horas de la tarde cuando los trabajadores traen a sus familias para hacer un picnic, protesta, y compartir las noticias del día. Hay un perceptible, aunque de ninguna manera cierto, cambio de levantamiento desde los violentos enfrentamientos iniciales hacia un ambiente más festivo. Lo que esto presagia una cuestión abierta para el futuro. Aunque minoría, hay grupos -sobre todo de la izquierda más radical- que están con ganas de tomar un camino más violento y ver en esta evolución un resurgimiento de la lucha.

Tampoco es claro el tiempo que el gobierno va a permitir que las barricadas y la ocupación de las plazas centrales continúen sin policía. El viernes, la Policía de Estambul emitió un comunicado en el que anunciaron que iban a abstenerse de continuar la acción policial hasta el lunes, dejando la ciudad en manos de las manifestantes durante todo el fin de semana. El estancamiento continuado podría a su vez conducir a una disipación de la energía de los levantamientos, algo que el gobierno del AKP puede estar confiado en que suceda. Sin embargo, si el tamaño de las protestas de este fin de semana son una guía, esta estrategia no parece estar funcionando.


El Espacio y Tiempo para la creación revolucionaria.

Siempre que el levantamiento no se anule por la represión asesina, sea secuestrado por un discurso nacionalista que sólo sirva para empoderar a la oposición, o que no se esfume por agotamiento, este levantamiento tiene el potencial de crear cambios duraderos en el ejercicio de la ciudadanía y la representación en la democracia turca. Este camino consiste en la reconfiguración total o parcial de la participación política en Turquía. Se trata de la creación de nuevas formas, prácticas democráticas y posiciones (en ausencia de la rebelión obrera masiva) como el resultado más revolucionario del levantamiento. También es, sin lugar a dudas, la más precaria y frágil de sus posibles soluciones y una posibilidad abierta para ser desecha inmediatamente.
El aspecto más profundo aún ignorado de las revueltas que sacudieron el mundo mediterráneo en el año 2011 fueron los innumerables prácticas e comisiones que surgieron espontáneamente en sus plazas centrales. En El Cairo, debido a que el aparato del Estado se retiró (aunque no antes de haber cometido 800 asesinatos), más de un millón de personas, abandonados a su suerte, tenían que averiguar cómo iban a vivir juntos en una plaza con el fin de mantener una revuelta dirigida desde fuera de la misma. Dentro de este espacio, el pueblo egipcio se organizó y orquestó su propia seguridad, se ocupó de los desechos humanos y regulares, y creó servicios para ancianos y pobres.

Los revolucionarios egipcios establecieron redes de suministro de alimentos e información, una guardería, manejaron agitadores a sueldo, y protegieron las prácticas religiosas de cada quien. La misma creación espontánea de nuevas comisiones y prácticas es aún más evidente en Grecia y España, donde las asambleas nocturnas perfilaron y fundaron comisiones sobre alimentos, seguridad, salud, difusión, medio ambiente, información, tatuajes y medios de comunicación, la gestión de todos los aspectos de la la organización social y política dentro de las plazas en sí mismas. La vida en estas plazas se situó como un poderoso testimonio de lo que la gente común puede construir en ausencia del poder del Estado.
Prácticas y formas similares se están desarrollando en el levantamiento de Turquía. Las redes de apoyo médico y legal, las líneas de suministro atienden a manifestantes con comida gratis, suministros, acceso a Internet y casas de seguridad, incluso la construcción colectiva de barricadas y la organización de la vigilancia nocturna para proteger zonas liberadas del asalto policial, son prueba de ello. Tal vez lo más importante es la forma en que estos actos de solidaridad se han viralizado dentro de las redes sociales turcas, compartidos como recordatorios conjuntos de la generosidad latente de la gente de Anatolia.

Todavía es temprano, pero las condiciones espaciales de las estructuras e iniciativas de carácter más permanente han comenzado a materializarse. En los últimos días la plaza Taksim se ha convertido en una “zona liberada”, un frágil oasis rodeado de barricadas masivas y cada vez mayores. El de 5 de junio había la biblioteca del pueblo, decenas de comida gratis, mantas, suministros médicos, LGBT y tiendas de campaña para la sensibilización de género, áreas para las actuaciones musicales y discursos políticos constantes en la plaza. Para la festividad religiosa de Kandil, los manifestantes han creado espacios alternativos para la oración y la danza e invitó a todos los de la plaza a encontrarse a otra persona con diferentes creencias políticas para sentarse y charlar juntos.
Estas estructuras e iniciativas espontáneas proliferan en medio de las pintadas en todas partes. Las banderas políticas ofrecen un fuerte contraste con la coreografía, parece un guión y patrocinio corporativo de festivales organizados previamente por la alianza municipal-capitalista. Más que una afirmación del derecho a la ciudad, la auto-organización de la vida en la plaza da fe del poder de la gente común para estructurar activamente el propio espacio social.

Dichas zonas libres de la policía también están echando raíces en otros lugares de Turquía. Atrincherados contra el acoso policial, libre de la amenaza constante de la dispersión, estos campamentos son la creación de nuevas prácticas, lealtades y formas orgánicas dentro de la insurrección. Sólo el tiempo dirá si estos espacios se pueden mantener y lo que el pueblo turco hará de ellos. Una cosa, sin embargo, es clara: la reconfiguración del campo político turco, si ha de suceder, partirá de aquí.

Otro factor que ha empujado irónicamente al levantamiento ha sido la relativa impotencia de establecidos expertos y comentaristas. Aquí el apagón total de los medios de comunicación durante los primeros días de la sublevación ha sido realmente una bendición disfrazada. Que los documentales sobre los pingüinos antárticos se emitieran al tiempo que los violentos enfrentamientos sacó a la gente de sus televisores y las puso en las calles. También ha obligado a la gente a discutir y debatir el sentido y la dirección de la insurrección en lugar de esperar el veredicto de las cabezas parlantes de las medios de comunicación turcos​​. Poco a poco los canales de televisión tradicionales comienzan a informar sobre los eventos en curso, esto es algo a tener en cuenta.

El presidente turco Abdullah Gül señaló recientemente que “la democracia no significa solo elecciones.” Una declaración de lo obvio y ha sido el único de los dirigentes del AKP en reconocer la verdad de la situación. A esta afirmación nos gustaría añadir una cosa. Por el momento, la sublevación ha encontrado la democracia en la participación colectiva y en la poesía del pueblo turco. Se ha negado hasta ahora en confiar el levantamiento a cualquier tipo de liderazgo – ya sea viejo, nuevo o militar. Mantener el levantamiento de esta manera no será una tarea fácil en un país que se ha acostumbrado a líderes fuertes desde su creación.

Tal vez ahora sea el momento en que Turquía finalmente abrace el profundo significado de la consigna, pronunciado innumerables veces a lo largo de su historia, de que “ya no puede haber una revolución para el pueblo al margen del pueblo.”

Escrito por Mehmet Döşemeci 10 de Junio 2013
Mehmet Döşemeci es profesor adjunto de Historia en la Universidad Bucknell. Trabaja en las historias entrelazadas de la Europa moderna y la República de Turquía. Su libro, Debating Turkish Modernity: Civilization, Nationalism, and the EEC, se publicará en el otoño de 2013 por Cambridge University Press. Él está comenzando un nuevo proyecto de investigación en el que explora las historias de los pueblos radicales entre Europa y Medio Oriente, proporcionando un contexto histórico a los levantamientos populares que han proliferado en todo el Mediterráneo desde 2011. Yetkin Nural ha asistido en la investigación de este artículo.

Traducido de la fuente original: What future for the Turkish uprising? publicado por Roarmag

La Banca JP Morgan a favor de instaurar Regímenes autoritarios en Europa

EL PROCESO DE REFORMAS POLÍTICAS NO HA HECHO MÁS QUE EMPEZAR

Por Stefan Steinberg, 17 de junio de 2013


En un documento publicado a finales de mayo, el Banco de Inversión estadounidense JP Morgan Chase reclama la derogación de las Constituciones Democráticas burguesas, que se establecieron después de la Segunda Guerra Mundial, en algunos países europeos y el establecimiento en su lugar de Regímenes autoritarios.

El documento de 16 páginas ha sido realizado por el grupo Europa Economic Research de JPMorgan y se titula “El ajuste de la Zona Euro, una tarea a medio hacer”. El documento comienza señalando que la crisis de la zona euro tiene dos facetas.

Se comienza afirmando que las medidas financieras son necesarias para garantizar que las principales empresas de Servicios de Inversión, como JP Morgan, puedan seguir obteniendo enormes beneficios de sus actividades especulativas en Europa. Después, los autores sostienen que son necesarias reformas políticas destinadas a acabar con la oposición a las medidas impopulares de austeridad, que son aplicadas en nombre de los Bancos.

El Informe muestra su satisfacción por la aplicación en la Unión Europea de un cierto número de mecanismos financieros que pretenden garantizar los intereses de la Banca. A este respecto, el estudio subraya también la necesidad de una mayor intervención por parte del Banco Central Europeo (BCE).

Desde el inicio de la crisis financiera mundial en 2008, el BCE ha destinado miles de millones de euros en favor de los Bancos para permitirles mejorar sus balances e iniciar de nuevo sus actividades especulativas. A pesar de la presión creciente procedente de los mercados financieros, el Presidente del Banco Central Europeo, Mario Draghi, declaró que haría todo lo necesario para consolidar los Bancos.

Para los analistas de JP Morgan esto no es suficiente. Exigen por parte del BCE una respuesta más espectacular ante la crisis.

Las críticas más duras al documento están formuladas contra los Gobiernos nacionales, que tardaron demasiado en aplicar las medidas autoritarias necesarias para imponer la política de austeridad. Tal proceso de reforma política, dice el estudio, no ha hecho más que empezar.

En los párrafos finales del documento, los autores explican lo que entienden por reforma política: “Al principio de la crisis creíamos que estos problemas heredados del pasado se debían en gran parte al orden económico reinante; sin embargo, se puso de manifiesto que hay problemas políticos que están profundamente arraigados en los países de la periferia, que según nuestra opinión deben ser cambiados si la Unión Monetaria se considera que debe seguir vigente”.

El Documento detalla a continuación los problemas que existen en los sistemas políticos de los países de la periferia: Grecia, España, Portugal e Italia. Estos países se encuentran en el centro de la crisis de deuda en Europa.

Los autores siguen diciendo: “Estos Sistemas Políticos vienen de una Dictadura anterior y están definidos por estos Regímenes. Sus Constituciones tienden a tener un fuerte sesgo socialista, reflejando la fuerza política que los partidos de izquierda adquirieron después de la derrota del fascismo”.

“Los Sistemas Políticos de los países de la periferia tienen unas características comunes: unos dirigentes débiles; unos Estados centrales débiles en relación con las distintas regiones; protección constitucional de los derechos de los trabajadores; sistemas que buscan el consenso y se anima el clientelismo político; el derecho a la protesta, permitido por el status quo político. Las lagunas de esta herencia política han quedado al descubierto por la crisis”. Cualesquiera que sean las inexactitudes históricas contenidas en este análisis, no cabe sombra de duda de que los autores del Informe de JP Morgan defiende que los Gobiernos instauren Regímenes dictatoriales, con el fin de llevar a cabo la contrarrevolución social, que ya lleva un buen camino recorrido en toda Europa.

En realidad, no se puede hablar de nada socialista contenido en las Constituciones establecidas durante el período de posguerra en Europa. Tales constituciones pretendían garantizar el Régimen burgués, en una situación en la que el Sistema Capitalista y sus agentes políticos habían visto comprometidas sus posiciones por los crímenes de los regímenes fascistas y dictatoriales.

Las constituciones de los Estados europeos, incluidas las de Italia, España, Grecia y Portugal, han sido elaboradas y aplicadas en colaboración con los partidos socialistas y comunistas de los respectivos países, partidos que han jugado un papel clave en la desmovilización de la clase obrera, para así permitir a la burguesía mantener su Régimen.

Al mismo tiempo, la clase dirigente de Europa era consciente de que la Revolución Rusa era fuente de inspiración para muchos trabajadores. Por lo tanto, se vieron obligados a hacer una serie de concesiones a la clase obrera con el fin de impedir una revolución, mediante la aprobación de protecciones sociales y constitucionales, estableciéndose el derecho de manifestación, algo que le gustaría a JP Morgan ver abolido.

En cierta medida, las críticas del Informe del Banco con respecto a la falta de autoritarismo de los Gobiernos europeos suena a algo hueco. Por todas partes de Europa los Gobiernos han recurrido en repetidas ocasiones a medidas propias de un Estado Policial para reprimir toda oposición en contra de sus políticas.

En Francia, En España y en Grecia, se han aprobado decretos de urgencia y el ejército ha intervenido para acabar con las huelgas. La Constitución de Grecia de 1975, aprobada después de la caída de la Dictadura de los coroneles, no impidió al Gobierno griego despedir a gran cantidad de funcionarios. Y en otros países europeos, los partidos dirigentes están favoreciendo la aparición de partidos neofascistas, como Amanecer Dorado en Grecia.

Pero esto no es suficiente para la Banca JP Morgan. Con el fin de evitar una revolución social, los analistas consideran como indispensable que los Gobiernos capitalistas de Europa instauren lo más rápidamente posible regímenes dictatoriales.

En la parte final del documento, los autores desgranan una serie de argumentos por los que, según ellos, de llegar a un fracaso de los Gobiernos europeos habría que instaurar sistemas autoritarios:

1) El fracaso de varios Gobiernos favorables a las reformas en Europa del Sur.

2) Falta de apoyo al euro o a la propia Unión Europea.

3) La ingobernabilidad de ciertos Estados miembros debido a que los costes sociales (sobre todo el paro) sobrepasasen un cierto umbral.

Es la voz del Capital Financiero la que habla. Hay que recordar que JP Morgan estuvo implicado hasta las cejas en operaciones especulativas que arrasaron la vida de millones de trabajadores de todo el mundo. En marzo de este mismo año, una Comisión del Senado estadounidense hizo público un Informe de 300 páginas que recogía las prácticas criminales y el fraude realizado por JP Morgan, uno de los bancos más grandes de los Estados Unidos y el mayor agente de productos derivados del mundo. A pesar de las revelaciones que se hacían en ese Informe, no se ha ejercido ninguna acción contra el Director General de Banco, Jamie Dimon, que goza de la confianza personal del Presidente estadounidense.

Ahora este mismo Banco se permite dar lecciones a los Gobiernos. Setenta años después de la toma del poder por Hitler y los nazis en Alemania, cuyas consecuencias fueron catastróficas para Europa y para el mundo, JP Morgan es el primero que reclama medidas autoritarias para reprimir a la clase obrera y acabar con las conquistas sociales.

Stefan Steinberg

Los diputados españoles se niegan a prescindir de sus privilegios como aforados

El Congreso de los Diputados. Foto: EFE.

El Congreso de los Diputados rechazó este jueves con 19 votos a favor, 184 en contra y 98 abstenciones la petición de UPyD de "reflexionar y actuar" sobre el aforamiento de cargos públicos en España. UPyD había plasmado esa petición en una moción consecuencia de una interpelación, que se votó con un texto transaccional a una enmienda de La Izquierda Plural. Las razones de Gallardón para no eliminar los 10.000 casos de aforamiento de cargos públicos

En el debate, Rosa Díez alertó de que tarde o temprano España tendrá que reflexionar sobre la justificación de mantener "más de 10.000 aforamientos".

Argumentó que el aforamiento es un sistema ?anacrónico? y aseguró que revisarlo no implica suprimir la inviolabilidad e inmunidad de los cargos políticos electos para el desarrollo de su tarea y responsabilidad política, que ha de mantenerse.
El genio ya está fuera de la botella

?Lo que les proponemos es que reflexionen sobre la razón de mantener más de 10.000 aforados en España; porque les aseguro que esto es algo que se terminará haciendo más bien pronto que tarde, por muchas ínfulas que le pongan hoy, como hizo el ministro Gallardón la pasada semana, en su respuesta a esta iniciativa. Abandonen toda esperanza de que desistamos y no se olviden de que una vez que el genio ha salido de la botella, no hay nadie que pueda volver a encerrarlo en ella?, dijo.

Ricardo Sixto, de IU, defendió la enmienda de su grupo basada en la convicción de que el aforamiento tendrá que evolucionar y ciertos "privilegios" tendrán que desaparecer.

Sin embargo, Sixto quiso dejar claro su rechazo al "discurso de antipolítica" que destila la moción de UPyD porque la política "no es intrínsecamente perversa. La política es uno de los más nobles artes que podemos ejercer los seres humanos?.
Los argumentos de PP y PSOE

En el turno de fijación de posición, Agustín Conde, del PP, alertó de que no se puede confundir "la diferencia con el privilegio" y se refirió a la moción como "el ejercicio demagógico que tiene por costumbre utilizar UPyD?.

Fue en este punto donde Conde echó en cara que Rosa Díez nunca ha renunciado al ?privilegio? que supone ser beneficiara de la pensión como exparlamentaria europea, a lo que la líder de UPyD replicó que nadie puede renunciar "a una expectativa de derecho, más que en el momento que le llegue la oportunidad de cobrarla?.

El diputado del PP le respondió que ?si hubiera estudiado segundo de derecho? sabría que a los derechos se puede renunciar y, por lo tanto, puede hacerlo respecto a la citada pensión ?cuando quiera?.

Previamente intervinieron otros diputados como José Ignacio Sánchez Amor (PSOE) para quien el problema no es lo que plantea UPyD, sino ?cómo? lo hace, ?tan conscientemente?, en un tono tan ?agresivo y desenfocado que perjudica que ese debate se pueda abrir?. Le recordó que ?el aforamiento es una garantía de eficacia de la función representativa?.

Por su parte, el diputado de CiU Feliu-Joan Guillaumes i Ràfols dijo que lo que no se puede hacer es, como hace UPyD, ?dar soluciones facilonas a situaciones extraordinariamente complejas y complicadas?. Acusó a la formación de Rosa Díez de volver ?a lo de siempre, a la antipolítica?. ?Y esto, señores, no funciona así?, añadió.

Por su parte, Emilio Olabarría (PNV) manifestó que la moción de UPyD ?raya en el arbitrismo?.

Europa Press | 20/06/2013 - 11:15