sábado, 30 de marzo de 2013

La humanidad, mano de obra para los ”dioses”


Descripción: La historia de la humanidad es la historia de lo imposible, si analizamos los hechos desde el principio de los tiempos, veremos como la realidad supera y con creces a la ficción.


Nota del autor: Quiero aclarar, que este video aunque parezca estar dirigido a mentes muy abiertas, no es exactamente así. Todo lo que expongo va tan documentado que hará que el vidente no se quede indiferente.

Necesito puntualizar a los más escépticos, que el origen del problema, independientemente de que sean antiguos dioses, extraterrestres o seres humanos sin escrúpulos, es el mismo. Somos mano de obra para unos pocos que dominan la economía mundial y no reparan en el daño que causan.

Guión y producción por Juan Antonio Alejo, autor de los libros ”La extinción que viene” ”En busca de la tierra dos” y ”Los dueños del mundo”


Fuente: http://planetaenigmatico.wordpress.com/2013/03/29/la-humanidad-mano-de-obra-para-los-dioses/

El "Experimento Filadelfia" de los nazis

¿Antigravedad, velocidad cercana a la luz, apertura del hiperespacio o máquina del tiempo?

Sobre fines de la Segunda Guerra Mundial, y como sabemos ya claramente, los nazis estuvieron (¿sólo estuvieron?) a punto de desarrollar aeronaves con el aspecto y comportamiento de “platillos volantes”. Pero ése no fue su único “proyecto negro”, abortado (¿abortado?) por la derrota militar. En la abandonada mina de Wenceslas, en el “Sudetenland”, “Die Grockle”, “La Campana” era el desarrollo de un aparato que quizás continuó luego siendo experimentado en EE.UU. pero sobre el cual se discute su verdadera función: generador de antigravedad, apertura de “agujeros de gusano”, puerta en el tiempo o propulsor cósmico a velocidad lumínica. Este es un boceto de la historia.

E el año 2001, salió a la venta un libro muy especial. Su título era “En busca de la gravedad cero” y su autor, un británico devenido investigador histórico, Nick Cook, supo presentar en él una interesante y muy bien documentada historia sobre “proyectos negros” nazis, tecnología extraña aun para los cánones de este incipiente siglo XXI, rumores y calificada información científica. Entre otros ítemes, se proponía una explicación alternativa sobre los “foo fighters”, esas misteriosas “bolas de luz” de comportamiento inteligente que los pilotos aliados observaron atónitos en las postrimerías de la Segunda Guerra Mundial. Junto a un investigador polaco llamado Igor Witkowski, que ya había escrito varios libros sobre entretelones de la tecnología alemana de ese período, enfocaron su atención sobre una región montañosa próxima a la frontera checa, en el “Sudetenland”, o Baja Silesia. 

Allí, aparentemente, tropas especiales alemanas bajo la égida de un “Spezial Kommando” constituido por científicos altamente especializados y la “créeme” de los oficiales de las SS, trabajaban furiosamente, casi sobre el final de la guerra, en el desarrollo de un dispositivo antigravitatorio. 

Los estudios de la dupla apuntaron a reunir evidencia circunstancial de que el resultado de tales experimentos se condecía significativamente con efectos del tipo “foo fighter”, en tanto excedían las limitaciones de la física normal, la alta cota de vuelo de las apariciones, los bruscos cambios de dirección con instantáneas desaceleraciones y aceleraciones, características que ni entonces ni en el presente pueden imitar los recursos aeronáuticos y espaciales conocidos.

El punto de partida de sus investigaciones fue un oscuro libro escrito por un ex oficial de las SS, de apellido Sporrenberg, titulado “La Wunderwaffe”[1], en edición del autor. En él se cita que la última noticia de este dispositivo era que había sido ocultado en una mina abandonada cerca de la pequeña aldea polaca de Ludwigsdorf, hoy en día llamada Ludwikowice. 

De hecho, consta en los registros históricos de los tribunales polacos que el oficial Karl Sporrenberg fue encontrado culpable de varios crímenes que él había cometido mientras estaba a cargo de las tropas especiales ya mencionadas. 

Éste proporcionó en su libro información detallada sobre el grupo de científicos y su destino (cuando sesenta y dos de ellos fueron ejecutados mientras el Ejército Rojo se cernía sobre Ludwikowice) y su suposición de que el dispositivo quizás había sido enviado a último momento hacia Noruega. En tanto, Cook y Witkowski visitaron la región, que en tiempos previos a la Guerra había pertenecido al Reich, donde muchas de las minas de carbón situadas en la región montañosa fueron utilizadas como instalaciones de producción para la Wehrmacht, imposibles de ser vistas por los aviones de reconocimiento. 
Allí, ciertamente, se produjeron algunas piezas clave de las V-2, en lo que se conoce como “Colina del Búnker”, en las afueras de la estrecha y alargada aldea que discurre a ambos lados del horrible camino solamente hasta la misma. 

Aquí comienza lo interesante: desde ella, nace otro, totalmente distinto, de 2,5 metros de ancho, hecho de sólido concreto ascendiendo lentamente las colinas serpenteantes. El visitante se encuentra primero con la típica compuerta de un polvorín, con otras del lado opuesto del montículo que alguna vez lo cubriera.

Créditos de las fotografías en el terreno:

Cincuenta metros después, un depósito. Aquí y allá, ventiletes de respiración de alguna gigantesca construcción subterránea, hoy sellados.

Luego, nada por otros seiscientos metros. Aparecen entonces algunas ruinas de lo que parece ser una fábrica y entonces sí, en medio de un enorme playón de concreto, lo que Witkowski llamó “el anillo de pruebas”. Donde se experimentaba con La Campana. Treinta metros de diámetro, siete de altura, diez columnas de un metro con cuarenta centímetros de grosor.

La historia

Debo a nuestro lector Jorge Guaraglia, de Uruguay llamar mi atención sobre estos hechos históricos que desconocía. Jorge, de todas formas, es cualquier cosa menos un simple conocedor de la cuestión por lecturas superficiales: Cito algunas referencias de su primer informe:

“… Hace unos años conocí a un inglés medio chiflado que me habló por primera vez de un experimento denominado ”The Bell” o “La Campana”, en español, lo que este amigo me contó (te pido disculpas pero me ha pedido reserva de su nombre) fue algo tipo Indiana Jones donde decía que los nazis habían trabajado en algún aparato que generaba campos tipo lo que describe Berlitz en su libro junto a Moore “El Experimento Filadelfia”. Estamos hablando de cosas raras, tambores de mercurio rotativos (¿no te suena a vimanas?) extraños campos energéticos y cosas así…” “… Cuando este amigo me habló del tema no le creí nada, (incluso fui a Bs. As. a entrevistarme con él). El hombre parecía tener miedo, me dijo que sabía algo respecto al tema que (sic) …”los servicios de inteligencia americanos lo habían amenazado si divulgaba lo que sabía…”. etc., etc. Como verás, me dije para mí… uno más de los chiflados. 

Mientras tanto hace algunos años estoy intentando certificar lo que Burnside (con el cual somos amigos por mail) dice en su libro “El escape de Hitler” acerca de que en 1945 habría aterrizado un avión en algún lugar del litoral uruguayo y se habrían bajado materiales y luego habría sido echado al río Uruguay. Para resumir un poco el relato, hace como 2 años un escritor polaco Igor Witkowsky me preguntó acerca de lo que yo sabía del tema, y que no entendía cómo alguien por estos lados podría saber algo de un tema que él recién estaba publicando en un libro, (mi mail se lo había dado Abel Basti desde Bariloche) como no soy de esconder la leche sino de intentar colaborar mas allá de que sean otros los que publiquen (lo único que me interesa es saber la verdad) le conté a Igor todo lo que sabía que era bastante poco. 

Para mi sorpresa, a la vuelta de algunos meses tuvo el hermoso gesto de enviarme un ejemplar autografiado donde PARA MI TOTAL ASOMBRO se mencionaban lugares, nombres, fechas, se volvía a mencionar el famoso avión que habría arribado a Uruguay, se mostraban documentos desclasificados y en definitiva un material valiosísimo y con una información que creo sumamente seria donde demostraba todo lo que mi “chiflado” amigo inglés me había dicho años antes. Esto es a grosso modo lo que sé. ¿Existió The Bell?, todo parecería indicar que sí. ¿Fue traída a nuestras tierras durante la fuga nazi? ¿Por qué no? Al menos sus planos o un prototipo …”.

Aclaremos algunos puntos incidentales pero importantes. Nick Cook no es un cualquiera: es un periodista galardonado, que trabaja como especialista en temas aeroespaciales, en la revista británica Jane’s Defense Weekly, que es la máxima autoridad mundial en temas militares y de tecnología militar. Hace diez años que Cook trabaja allí. Igor Witkowski goza de mucha credibilidad y respeto en su Polonia natal, tanto por sus conocimientos sobre tecnología alemana de la Segunda Guerra Mundial como por su honorabilidad como persona. 

El mentor de toda la búsqueda de Cook, es un científico británico, un Físico, al que él llama el Dr. Daniel Marckus (por obvias razones guarda su anonimato). Este individuo le orienta, le plantea interrogantes, le pide que le averigüe cosas ya que él mismo no tiene tiempo de averiguarlas y de viajar de un lado a otro. Luego con los datos que Cook le provee, Marckus a su vez interpreta los mismos y le ilustra sobre su importancia, funcionamiento de cosas, etc. Cook va a estar en permanente contacto con Marckus. Cook detalla que Witkowski había hecho un extenso estudio sobre las actividades de desarrollos tecnológicos de los alemanes en tiempo de guerra, y más adelante habla del general de los SS Jacob Sporrenberg, que fue sub-comandante de Cuerpo VI de los Waffen-SS en 1944. Witkowski le relata a Cook lo que Sporrenberg declaró a cortes rusas y polacas, acerca de experimentos con una Campana. En tanto, Cook se va a entrevistar con gente de la NASA, y va a viajar a Europa en búsqueda de los primeros experimentos que habrían realizado los alemanes en enormes subterráneos, ubicados cerca de la frontera checa, donde los proyectos estuvieron a cargo del General Hans Kammler, un individuo que había logrado la confianza de los superiores y adjudicación de dinero y mano de obra de los campos de concentración, para llevar a cabo experimentos científicos de avanzada, fuera de la corriente general de la ciencia de entonces. En resumidas cuentas, el proyecto había sido desarrollado bajo dos nombres en código: “Laternentrager” y “Chronos” y siempre implicó “Die Glocke”, el objeto con forma de campana que brillaba cuando se le sometía a prueba. 

La Campana en sí misma estaba hecha de un metal duro y pesado y estaba llena de una sustancia similar al mercurio, de color violeta. Este líquido metálico era almacenado en altos y finos frascos térmicos de un metro de alto encajados en plomo de tres centímetros de espesor. El experimento siempre tuvo lugar bajo una gruesa cubierta de cerámica y envuelto en dos cilindros que giraban rápidamente en direcciones opuestas. La sustancia similar al mercurio tenía el nombre en código “Xerum 525”. Otras sustancias incluidos los peróxidos de torio y berilio, recibían el nombre en código de “Leichmetall”(metal liviano).

La cámara en la cual se llevaban a cabo los experimentos estaba situada en una galería cavada profundamente bajo tierra. Tenía un piso de aproximadamente treinta metros cuadrados y sus paredes estaban cubiertas con baldosas de cerámica con una sobrecapa de grueso revestimiento de goma. Después de aproximadamente diez ensayos, la sala se desmanteló y sus partes componentes fueron destruidas. Sólo la Campana misma se conservó. Los revestimientos de goma eran remplazados cada dos o tres experimentos y eran echados a un horno especial.

Cada ensayo duraba aproximadamente un minuto. Durante este período, mientras La Campana emitía su pálido brillo azul, el personal permanecía a unos ciento cincuenta a doscientos metros de la misma. Todo equipo eléctrico que estuviera dentro de ese radio habitualmente haría cortocircuito o se estropearía. Después, la sala era empapada hasta por cuarenta y cinco minutos con un líquido que parecía ser salmuera. Los hombres que llevaban a cabo esta tarea eran prisioneros del campo de concentración de Gross-Rosen.

Según comenta el especialista Milton W. Hourcade durante las pruebas, los científicos colocaban varios tipos de plantas, animales y tejidos de animales en la esfera de influencia de la Campana. En el período inicial de ensayos de noviembre a diciembre de 1944, casi todas las muestras fueron destruidas. Una sustancia cristalina se formaba dentro de los tejidos, destruyéndolos desde dentro; líquidos, incluyendo sangre, se hacían gelatina y se separaban en fracciones claramente destiladas. Las plantas expuestas a la Campana incluían musgos, helechos, hongos y moho; los tejidos animales incluían yema de huevo, sangre, carne y leche; los animales iban desde insectos y caracoles a lagartos, sapos, ratones y ratas.

Con las plantas, se observaba que la clorofila se descomponía o desaparecía, volviendo a las plantas blancas cuatro o cinco horas después del experimento. Dentro de las ocho a catorce horas, ocurría un rápido decaimiento, pero difería de la descomposición normal en que no estaba acompañada de olor. Al final de este período, las plantas habitualmente se descomponían en una sustancia que tenía la consistencia de grasa para ejes.

En una segunda serie de experimentos que comenzaron en enero de 1945, el daño a los sujetos de prueba se redujo en aproximadamente un 12 a un 15 por ciento luego de ciertas modificaciones al equipo. Esto se redujo a un dos o tres por ciento luego de un segundo conjunto de ajustes. La gente expuesta al programa se quejaba de enfermedades, a pesar de su ropa protectora. Las mismas iban desde problemas para dormir, pérdida de memoria y equilibrio, espasmos musculares y un permanente y desagradable sabor metálico en la boca. El primer equipo se dijo que fue disuelto como resultado de la muerte de cinco de los siete científicos que participaban.

En su libro, Cook transcribe casi textualmente una conversación que mantuvo con Marckus: “Yo sé lo que ellos estaban tratando de hacer… Yo sé de qué se trataba realmente. Estaban tratando de generar un campo de torsión.”

—¿Qué es un campo de torsión?

—“Laternentrager” significa “sostenedor de linterna”. Pero es el segundo nombre en código el que aporta el indicio revelador. Chronos . Sabes lo que eso significa, ¿no?.

—Sí, Dan. Sé lo que significa. ¿Qué es un campo de torsión? ¿Qué es lo que hace?

—Si se genera un campo de torsión de suficiente magnitud la teoría dice que puedes curvar las cuatro dimensiones del espacio en torno al generador. Cuanto más torsión generas, más espacio perturbas. Cuando curvas el espacio, también curvas el tiempo… Ahora, ¿entiendes lo que ellos estaban tratando de hacer? ¡Estaban tratando de construir una máquina del tiempo!

“ ‘La Campana’ debe haber emitido radiaciones como el infierno” —sigue diciendo Marckus— “generando energía electromagnética en todas las frecuencias, desde ondas de radio a luz; no en vano enterraron tanto la maldita cosa.”. El hecho de que los alemanes hayan llenado los cilindros rotatorios con una mezcla de diferentes metales también es significativo, cree él. Si se pueden obtener las proporciones exactamente adecuadas se tiene una posibilidad aún mejor de interactuar con un campo de gravedad cero. Pero sería un proceso de mucho acierto y error, avalada por un comentario de Sporrenberg. Cada prueba había sido muy corta, durando un promedio de aproximadamente un minuto. Se parecía mucho a como si los científicos hubieran estado tratando de “sintonizar” la Campana como se hace con una radio.

 “Si se logra exactamente se tiene una muy interesante pieza de instrumento”, dice Marckus; “si se erra todo lo que se tiene es un costoso desecho”. Manipúlese la inercia de un objeto y se ha extraído su resistencia a la aceleración. Póngaselo en el espacio y continuará acelerando todo el tiempo hasta la velocidad de la luz, y quizás más allá de ella. Manipúlese el campo de gravedad local alrededor de un objeto y se puede obtener que levite”. Para cuando se escriben esos comentarios, ambos caminos de “propulsión avanzada” estaban siendo explorados dentro de la iniciativa de Innovaciones en Física de la Propulsión, de la NASA.

Pero aquí viene la verdadera parte difícil. El vórtice de energía que se supone este aparato debía generar, no es un fenómeno tridimensional o aun cuatri-dimensional. No puede serlo. Para que un campo de torsión sea capaz de interactuar con la gravedad y el electromagnetismo tiene que estar revestido de atributos que fueran más allá de las tres dimensiones de izquierda, derecha, arriba y abajo, adelante y atrás, y del campo de tiempo cuatridimensional que ellas habitan; algo que los teóricos por conveniencia le llamaron la quinta dimensión, el hiperespacio.

¿Dónde está?

Cook está seguro de que la Campana fue localizada por los estadounidenses y llevada a su país, donde se continuó experimentando en tiempos posteriores a la espera del momento de implementarla. La obvia pregunta de “Si es así, ¿por qué aún no hemos visto las aplicaciones de la misma?”, tiene dos respuestas, una obvia y la otra no tanto. La primera, que la economía mundial está edificada sobre la explotación petroquímica: recién en estos años en que avizoramos su próxima desaparición comienza a ser funcional el desarrollo de tecnologías alternativas, primero, claro, con aplicaciones militares. 

La otra respuesta es que sí está siendo usada, pero nos lo han ocultado y, según estos investigadores, es en el bombardero B-2 “Stealth” donde se emplea como coadyuvante del sistema de propulsión una pequeña generación de antigravedad. Máximo secreto militar, por supuesto. Los analistas que sospechan esto se fundamentan en un detalle: visto en planta, el B-2 no tiene dos extremos de alas, tiene siete, pues su “borde de fuga” es aserrado. 

Una tecnología meramente anti-radar, por el contrario, necesitaría lo primero —un borde de fuga sencillo— para minimizar la exposición a los sistemas de detección. Un “borde de fuga” aserrado, en cambio sí es funcional para una cosa: incrementar los puntos de descarga de la masiva electricidad estática que necesariamente se condensaría en forma de campo alrededor de un aparato antigravitatorio.

Bombardero B-2 “Stealth”

Pero Witkowski, como comenta Guaraglia, no descarta que fuera posible que la Campana, sus planos, un prototipo hayan sido traídos a Sudamérica. Desliza que su fuente pertenece al ámbito de la inteligencia militar, y esta precisión tendría más de sesenta años. 

Sabido es que el gobierno de Juan Perón brindó una “ruta de escape” a jerarcas y científicos alemanes y, de hecho, la tecnología argentina se ubicó octava en el mundo en sólo tres años luego de 1945. El desarrollo del caza jet Pulqui II es un ejemplo paradigmático, y sería interesante ahondar en los experimentos atómicos de Richter en la isla Huemul, frente a Bariloche, más allá de la “versión oficial” de la Historia que afirma que Richter era un lunático o un estafador y Perón un simple crédulo ambicioso (del fallecido ex presidente pueden decirse muchas cosas, incluso de su ambición, pero nadie que conozca un poco de su historia sostendría que era un simple crédulo).

El Pulqui II

Ah, por cierto. Existe el rumor de que en las cercanías del río Gualeguaychú habría aterrizado, luego de la Segunda Guerra Mundial, un avión con personal nazi, y que habrían ocultado en algún punto equipo de naturaleza desconocida. 

En lo personal, miro el mapa y observo que no está lejos de la población entrerriana de Rosario del Tala donde, como recordarán, informamos en “Al Filo de la Realidad” Nº 163 que existirían los remanentes de un centro secreto de experimentos digitado por europeos desde antes de la guerra.

 Y sí: existe la anomalía, como pueden ver en la Revista de la Asociación Geológica Argentina, http://www.scielo.org.ar/scielo: “Se ha elegido como caso testigo el área situada hacia el sur de la localidad de Gualeguaychú, en el extremo sudoriental de la provincia de Entre Ríos. Ésta fue seleccionada pues se tenía conocimiento del cese de operaciones y existía interés de autoridades locales en verificar la ausencia de anomalías indicadoras de potenciales residuos peligrosos para el ambiente. La interpretación de la respuesta magnética obtenida sugiere que los objetos enterrados con alta susceptibilidad magnética, no serían de grandes proporciones…”.

Mapa de las anomalías magnéticas

La honestidad profesional nos obliga a citar que las conclusiones del mencionado estudio son que los objetos parecen “tambores de menos de un metro de diámetro” y, de paso, contradecirse a sí misma cuando más adelante sugiere que “se trata de objetos ferrosos de menos de dos kilogramos de peso”, todo atribuible, posiblemente, a un relleno sanitario. Conocedores por sufrimiento propio de la burocracia argentina, nos preguntamos —porque conocemos— si se habrán hecho estudios de semejante nivel científico en cualquiera de los centenares de tóxicos y apestosos rellenos sanitarios de todo el país (útiles también para sepultar grandes negociados corruptos y decenas de cuerpos de desaparecidos), muchos (como los del Gran Buenos Aires o Gran Rosario) infinitamente más grandes que los de la pequeña ciudad de Gualeguaychú. La respuesta es esperable: no. De manera que volvemos a preguntarnos por qué tanto interés de las autoridades en este particular caso, y sospechamos que detrás de esta “preocupación sanitaria” puede esconderse otra cosa. Será cuestión de seguir investigando. Tan simple como eso.

Publicado por Gustavo Fernández en 28-03-2013
Fuente: http://alfilodelarealidad.wordpress.com/2013/03/28/el-experimento-filadelfia-de-los-nazis/

¿Otro Ovni se introduce en el Popocatepelt ?


Una webcam registra una luz en descenso hacia el cráter

Un videoaficionado de México ha presentado hace unos dias un recopilatorio de imágenes grabadas desde una de las cámaras en directo que enfocan las 24 horas del día al volcan Popocatepetl en México DF. Es interesante comprobar cómo el objeto desciende cerca del cráter y va acercándose hasta entrar por el mismo en unas imágenes que aunque no tienen buena calidad si nos sirve para ilustrar otro punto de vista sobre la supuesta actividad ufológica en torno al gran volcán mexicano. Veamos las imágenes de una de las webcam del volcán el día 12 de Marzo.

1. En primer lugar se observa una luz ovalada en la parte superior izquierda de la imagen. Las imágenes son fotografías que se toman aproximadamente cada 20 segundos.


2. El objeto baja aparentemente recoriendo la misma distancia en intervalos de tiempo similares. Eso significa que llevaba una velocidad constante y una trayectoria rectilínea uniforme.



3. En la altura en la que se está moviendo el objeto la temperatura es superior a los 100ºC por la expulsión de gases del volcán. Esto descartaría cualquier aeronave comercial o militar.



4. Las imágenes están veladas, y la entrada de la luz no es buena pero aun así se observa al objeto



5. El acercamiento sigue produciéndose llegando justo al borde del cráter, y exponiéndose a salpicaduras de lava. El objeto parece controlar en todo momento su vuelo y su movimiento no se ve afectado en ningún momento por el calor del entorno.



6. Un último instante antes de que el objeto sorprendentemente desaparezca de las imágenes dando la impresión de que se precipita al fondo del cráter.





VIDEO:


Ufopolis 2013

Senzar: la lengua de Dzyan

H.P. Blavatsky menciona en La doctrina secreta (The Secret Doctrine) una misteriosa lengua llamada Senzar.

Según la teósofa, el Senzar sería la lengua original de Las estancias de Dzyan (The Stanzas of Dzyan), es decir, de una civilización perdida en la noche de los tiempos.

En obras posteriores H.P. Blavatsky fue otorgando mayores precisiones. Por ejemplo, que el Senzar no era una lengua común, sino el habla de los antiguos sacerdotes y sabios, de los iniciados en los misterios sobre el verdadero pasado de la humanidad; una verdad inquietante para cualquiera que padezca de vértigo temporal. En Isis sin velo (Isis Unveiled) se subraya que el Senzar, de hecho, es la lengua sobre la que se construyó elsánscrito antiguo.

La teosofía anuncia que el Senzar, cuya sola sugerencia causaba horror en los pueblos salvajes, está ausente en todas las nomenclaturas y dialectos fuera de su órbita de influencia, explicando de este modo porqué los filólogos y lingüistas jamás se hayan topado con sus rastros, transformando convenientemente a H.P. Blavatsky en la única persona de occidente capaz de interpretar su significado.

Si bien el Senzar no tiene una influencia directa sobre otros idiomas, al tratarse de una "lengua fundamental", uno puede comprender todos los idiomas si logra administrar sus secretos; ya que en el Senzar se encuentra el "gérmen del habla", es decir, el habla primordial, los primeros acuerdos por los cuales dos personas diferentes aceptan llamar a algo bajo un sonido determinado.

Más aún, algunos teósofos entusiastas sostienen que el Senzar opera en distintos niveles, tanto sobre la mente en el estado de vigilia como durante el sueño, momento en el que revela sus imágenes más ricas y exuberantes. En este sentido, el Senzar es una lenguaque se escucha despierto, pero que se comprende durante el sueño; instante en el que florece imprevisiblemente y lejos de las clausuras de la conciencia diurna.

Solo un puñado de iniciados alrededor del mundo son capaces de leer e interpretar los sonidos del Senzar, por cierto, ásperos o dulces y delicados, según la ocasión y el nivel de sensibilidad del oyente, de tal modo que ante una misma palabra una persona puede oír "roca", y otro "flor" o "ducado", generando gran confusión y debate sobre cualquier inciso, incluso el más nimio, que se intente proyectar.

De más está decir que el Senzar es una lengua mítica, incierta e improbable, pero su naturaleza responde a una mecánica acaso posible.

En un pasado remoto, antes de que el significado y el significante operen sobre la incipiente psiquis humana, en algún rincón remoto del mundo los hombres balbucearon sus primeros sonidos, balbuceos que, por otro lado, solo tenían significado para ellos mismos, es decir: la palabra individual, sin acuerdos colectivos.

Solo mediante una negociación inimaginable -ya que no había una lengua con la cual comunicarse- los hombres de aquel rincón remoto acordaron que ciertos sonidos y modulaciones se ajustaban a un concepto, a una cosa, e incluso a una emoción. Es difícil imaginar, al menos para mi, como en ausencia de una lengua los hombres comenzaron esa concesión por la cual todos aceptaron que un sonido significaba una cosa, y solo esa cosa.

Después de todo, inventar una lengua es menos difícil que imponérsela a un tercero que la desconoce.

Fuente: http://elespejogotico.blogspot.com.es/2012/08/senzar-la-lengua-de-dzyan.html

Efectos de BRICS en el “nuevo orden mundial”



Hispan Tv: Los países emergentes de BRICS decidieron establecer un nuevo banco de desarrollo que entre otros objetivos tendrá la tarea de contrarrestar al Banco Mundial y el Fondo Monetario internacional.

¿No crees en extraterrestres? mira esto!