lunes, 3 de diciembre de 2012

Vinton Cerf alerta de la amenaza que se cierne sobre Internet

Teme que pronto “se imponga una revisión de la estructura de las telecomunicaciones”

Vinton Cerf, uno de los padres de Internet, arremete contra los Gobiernos y reguladores de telecomunicaciones controlados por Estados que pretenden controlar la Red pocos días antes de un evento decisivo para el futuro de la misma.

Quedan tan solo unos días para que se celebre en Dubai la Conferencia Mundial de Telecomunicaciones Internacionales (CMTI), una reunión organizada por un organismo controlado por la ONU llamado la Unión Internacional de Telecomunicaciones (UIT) en la que se debatirán, entre otros temas, la regulación de las telecomunicaciones, la reducción de la velocidad de conexión o métodos para establecer la monitorización y el bloqueo en línea.

Tanto expertos como internautas han manifestado su preocupación por las decisiones que se puedan tomar en el polémico encuentro, que se realiza a puerta cerrada. Así, según declaró Cerf, considerado como uno de los padres de Internet, “las nuevas normas propuestas son esfuerzos desesperados por parte de los Gobiernos y de reguladores de las telecomunicaciones controlados por los Estados para reafirmar su poder”
“Estos intentos persistentes son evidencia de que esta raza de ‘dinosaurios’, cuyo cerebro es del tamaño de un guisante, no se ha dado cuenta de que ya están muertos, porque la señal todavía no ha recorrido sus largos cuellos”, dijo Cerf a la agencia Reuters.

“Desde su nacimiento apoyé que Internet no fuera de unos pocos. Nosotros pagamos las facturas, los experimentos, la investigación y lo hicimos con gusto, pero por favor, que no cambien su esencia ahora”, dijo Cerf al portal tecnológico 1hnews.com.

El ganador del Premio Príncipe de Asturias teme que la UIT trate de “imponer una revisión de la estructura de las telecomunicaciones” y que se llegue a “cambiar la arquitectura de la Red para poder controlarla”, algo que, en su opinión, resultaría muy peligroso.

“No debería haber imposición de idiomas, ni control sobre contenidos, así como tampoco distinción entre ricos y pobres”, agregó el que también es vicepresidente de Google.

http://actualidad.rt.com/actualidad/view/79971-padre-internet-llama-dinosaurios-quieren-controlar-red-vinton-cerf

La absurda realidad: 25 gestores de fondos cobran lo mismo que 680.000 profesores


Shine es una película que trata sobre un destacado pianista (David Helfgott) atormentado por un padre excesivo en sus exigencias, que es rescatado en dos ocasiones por unas personas que ejercen el papel de educadores: un músico primero y una astróloga tiempo después, tras varios años de tratamiento psiquiátrico. Ambos consiguen en cada momento sacar lo mejor se su persona.

Abruma pensar hasta qué punto se ha expandido una masa monetaria sin freno físico. Una avalancha donde los 25 dinamiteros jefes mejor pagados cobran más que el conjunto de profesores de España. Pero aún sorprende más cómo puede ser que todavía ningún país incluya en sus planes de estudio capítulo alguno sobre el sistema monetario y la economía. Pues todos sabemos que si eso formara parte del acervo cultural de la sociedad, entonces estos gestores y banqueros durarían poco en manos de un pueblo airado y con conocimiento de causa.

Especialmente cuando actúan de esa forma mafiosa, explicando al Congreso americano que si no se les rescata entonces se viene abajo toda la economía. Cuando eso es falso. Pues a la economía no podría sucederle otra cosa mejor que todos estos crápulas de la liquidez desaparecieran como el humo en día ventoso. Pero esos congresistas amedrentados y bien pagados, saben muy bien que si se abandona a su suerte a esta élite de las finanzas, entonces comenzarán a estrangular las cuentas públicas y al propio tejido empresarial generador de capital hasta dejarlo hincado de rodillas y a su merced. Y hasta la fecha yo no tengo conocimiento de que nadie haya lanzado un ejército nacional contra ningún banquero. Mas bien ha sido al contrario: los banqueros han financiado guerras sin fin para que miles de cadáveres declaren en su propio beneficio en el juicio de la historia humana.

¿Quién educará a las díscolas finanzas? ¿O tal vez habría que reducirlas en un psiquiátrico y someterlas a neurolépticos y electroshocks hasta que cambien de conducta?


Los 25 mayores gestores de fondos cobran lo mismo que 680.000 profesores
Por Les Leopold en AlterNet.org
En 2009, el peor año para la gente trabajadora desde la Gran Depresión, los 25 mayores gestores de fondos de inversión han conseguido una remuneración promedio de 1.000 millones de dólares cada uno. Con el dinero que han “ganado” estas 25 personas se podría haber pagado durante un año la nómina de 658.000 profesores (que ganan unos 38.000 dólares al año de promedio) que habrían enseñado a 13 millones de adolescentes, considerando una clase promedio de 20 alumnos.

¿Qué hacen los gestores de fondos?
Dirigen fondos de inversión en los que gente muy rica invierte su dinero para poder hacer aún más dinero. Estos fondos mueven el dinero mediante operaciones de cierto riesgo para poder conseguir siempre el mayor retorno posible. Así que no son extrañas rentabilidades que promedian un 20% anual.
Pero como los fondos de inversión son considerados herramientas para los más ricos, se encuentran exentos de las principales regulaciones financieras porque se supone que son gente que está siempre muy al corriente de todos los riesgos.

Estos mismos ricos se estima que han colocado unos 2.000 millones de dólares en fondos de inversión durante el 2009, aproximadamente unos 6.500 dólares por cada ciudadano americano.

¿De dónde sale ese dinero?
En mayor medida es el efectivo en exceso que tienen a mano los más adinerados, en parte porque los impuestos que les aplican han declinado drásticamente. Durante la década de los años 70 el impuesto promedio sobre los que tenían un ingreso anual por encima de los 3 millones de dólares era del 70%. Hoy en día, el impuesto que se aplica a las 400 personas más ricas de EEUU es del 16%, según los datos más recientes del IRS.

La gran maravilla de poner dinero en un fondo de inversión (o dirigir uno) en EEUU es que los beneficios obtenidos no tributan como un beneficio cualquiera (al 35%), sino como un negocio de inversión. Es decir, tributan como algo que es bueno para la economía y en consecuencia necesitan ser incentivados mediante la correspondiente reducción impositiva. Y como los impuestos sobre estos beneficios del capital son del 15%, Warren Buffet pudo decir en su día que pagaba menos impuestos que su secretaria.

[Comentario: En España las SICAV tributan al 1% mientras los beneficios permanezcan en el fondo. Y no sufrirán modificación impositiva alguna a pesar de las enormes subidas de impuestos por venir al resto de la población, y que no puede permitirse estos sofísticados vehículos de inversión. Y si estas llegaran, presto saldrían off-shore para no tributar.]

¿Cómo hacen dinero los fondos de inversión?
Algunos fondos de inversión emplean modelos informáticos para decidir dónde invertir, haciendo operaciones más o menos automáticas. Pero en su mayor parte consiguen buenos dividendos mediante un excesivo apalancamiento y un arsenal de derivados que se trabajan por la puerta de atrás de los mercados, mediante operaciones completamente opacas Over The Counter (OTC). Además, este tipo de operaciones, cuando involucran enormes cantidades de dinero, pueden distorsionar e incluso dirigir el precio de los activos subyacentes. Por eso se puede decir que estos fondos de inversión hacen dinero por la sencilla razón de que con su enorme volumen crean la tendencia del mercado allí donde intervienen. Es decir, no terminan dirigiendo el mercado porque tengan información privilegiada. Simplemente ellos son la información, ellos son los que dan forma al mercado, los grandes market makers.

Aunque son negocios arriesgados, uno debería suponer que ese riesgo permanece en los bolsillos de los que operan… Pero su enorme influencia hace que cuando llega el momento de asumir las consecuencias del riego, eso no suceda. A finales de los 90, un fondo de inversión conocido como Long Term Capital Management (LTCM) que estaba dirigido por grandes lumbreras que incluían dos premios Nobel, trabajaba inversiones por valor de 100.000 millones de dólares con sólo 4.000 millones de capital, gracias a varios tipos de instrumentos derivados. Cuando toda esta pirámide de instrumentos financieros comenzó a derrumbarse, se produjo un enorme riesgo sistémico. Tan sistémico que la Reserva Federal, temiendo el desmoronamiento del sistema financiero, forzó a los bancos de Wall Street y a las casas de inversión a rescatar a los inversores del fondo. Algunos economistas están argumentando que las apuestas arriesgadas de estos fondos de inversión no provocaron la crisis que actualmente padecemos. Pero todavía nadie ha puesto en marcha ninguna investigación imparcial para conocer hasta qué punto esto es cierto.

Los 1.000 millones que cada uno de estos gestores de fondos de inversión consiguieron embolsarse es algo realmente impresionante. Pero que los hayan conseguido durante el 2009 es una bofetada en la cara de unos americanos que están pasando serias dificultades. Pues estos gestores de fondos no habrían ganado nada o muy poco durante el año pasado, a no ser por los rescates del gobierno al sector financiero con billones de dólares en préstamos, activos garantizados y otras formas de asistencia financiera. Todo esto ha sido un generoso regalo de los contribuyentes. Y todo este dinero “ganado” no ha sido más que una apuesta de que el gobierno no iba a permitir que colapsara el sistema financiero. Una apuesta inteligente, desde luego.

De hecho, los fondos de inversión provocarían poco daño si no estuvieran protegidos por esa red de cobertura que es el dinero de los impuestos. Esto es lo que me comentó al respecto un experto financiero:
Personalmente, me importa poco si los fondos de inversión y otros ‘pools’ de fondos sin regulación apuestan mediante instrumentos derivados opacos que se encuentran calificados por unas agencias de calificación incompetentes. Siempre y cuando terminen quebrando cuando se equivocan en sus apuestas. Pero resulta que esto no sucede, porque son rescatados cuando acaban finalmente sin liquidez. Si se encuentran sobre-apalancados y no pueden cumplir con sus necesidades de efectivo, entonces deben quebrar. Esto es doloroso para sus acreedores. Pero tengamos presente que cuanto más dolor se produzca mucho mejor. Porque entonces se lo pensarán dos veces antes de acometer nuevos riesgos la próxima vez. Pero como finalmente son rescatados, entonces cuanto más riesgo y codicia mucho mejor. Una perversión moral que nunca termina siendo balanceada por el sano temor de la quiebra. Es decir, sin posibilidad de : quiebra no hay miedo.
Fuente : http://qmunty.com/blog/2010/04/07/la-absurda-realidad-25-gestores-de-fondos-cobran-lo-mismo-que-680-000-profesores/

domingo, 2 de diciembre de 2012

Túneles de América III

El emperador del universo. Nos vamos a Tierra con esplendor el antiguo pueblo desplazado. Tal afirmación guarda relación con el legado que encierran los pasadizos de Tayu Wari, en la selva del Ecuador. Las láminas de oro de los lacandones. De aquí hacia el Sur, al estado mexicano de Chiapas, junto a la frontera con Guatemala. Allí moran unos indios diferentes, de tez blanca, por cuyos secretos subterráneos ya se había interesado en marzo de 1942 el presidente Roosevelt.

Pues cuentan los lacandones que saben de sus antepasados que en la extensa red de subterráneos que surcan su territorio, se hallan en algún lugar secreto unas láminas de oro, sobre las que alguien dejó escrita la historia de los pueblos antiguos del mundo, amén de describir con precisión lo que sería la Segunda Guerra Mundial, que implicaría a todas las naciones más poderosas de la Tierra.

Este relato llega a oídos de Roosevelt a los pocos meses de sufrir los Estados Unidos el ataque japonés a Pearl Harbor.

Semejantes planchas de oro guardan estrecha relación, igualmente, con las que se esconden en los túneles de Tayu Wari, en el Oriente ecuatoriano. 50 km de túnel. 

El paso siguiente que se da desde Chiapas pisa tierra guatemalteca. En el año 1689 el misionero Francisco Antonio Fuentes y Guzmán no tuvo inconveniente en dejar descrita la maravillosa estructura de los túneles del pueblo de Puchuta, que recorre el interior de la tierra hasta el pueblo de Tecpan, en Guatemala, situado a unos 50 km del inicio de la estructura subterránea.

A México en una hora. A finales de los 40 del siglo pasado apareció un libro titulado Incidentes de un viaje a América Central, Chiapas y el Yucatán, escrito por el abogado norteamericano John Lloyd Stephens, que en misión diplomática visitó Guatemala en compañía de su amigo el artista Frederick Catherwood.

Allí, en Santa Cruz del Quiché, un anciano sacerdote español le narró su visita, años atrás, a una zona situada al otro lado de la sierra y a cuatro días de camino en dirección a la frontera mexicana, que estaba habitada por una tribu de indios que permanecían aún en el estado original en que se hallaban antes de la conquista. 

En conferencia de prensa celebrada en New York después de la publicación del libro, añadió que, recabando más información por la zona, averiguó que dichos indios habrían podido sobrevivir en su estado original gracias a que —siempre que aparecían tropas extrañas— se escondían bajo tierra, en un mundo subterráneo dotado de luz, cuyo secreto les fue legado en tiempos antiguos por los dioses que habitan bajo tierra.


Y aportó su propio testimonio de haber comenzado a desandar un túnel debajo de uno de los edificios de Santa Cruz del Quiché, por el que en opinión de los indios antiguamente se llegaba en una hora a México.

El templo de la Luna. En octubre de 1985 tuve ocasión de acceder a un túnel excavado en el subsuelo de una finca situada en los montes de Costa Rica. Nos internamos en una gran cavidad que daba paso a un túnel artificial que descendía casi en vertical hacia las profundidades de aquel terreno.

Los lugareños —que estaban desde hace años limpiando aquel túnel de la tierra y las piedras que lo taponaban— nos narraron su historia, afirmando que al final del mismo se halla el templo de la Luna, un edificio sagrado, uno de los varios edificios expresamente construidos bajo tierra hace milenios por una raza desconocida, que de acuerdo con sus registros había construido una ciudad subterránea de más de 500 edificios.

La biblioteca secreta. Y ya bastante más al Sur, me interné en 1986 en la intrincada selva que, en el Oriente amazónico ecuatoriano, me llevaría hasta la boca del sistema de túneles conocidos por Los Tayos —Tayu Wari en el idioma de los jíbaros que los custodian—, en los que el etnólogo, aventurero y minero húngaro Janos Moricz había hallado años atrás, y después de buscarla por todo el subcontinente sudamericano, una auténtica biblioteca de planchas de metal.

En ellas, estaba grabada con signos y escritura ideográfica la relación cronológica de la historia de la Humanidad, el origen del hombre sobre la Tierra y los conocimientos científicos de una civilización extinguida.
Las ciudades subterráneas de los dioses. Por los testimonios recogidos, a partir de allí partían dos sendas subterráneas principales: una se dirigía al Este hacia la cuenca amazónica en territorio brasileño, y la otra se dirigía hacia el Sur, para discurrir por el subsuelo peruano hasta el Cuzco, el lago Titicaca en la frontera con Bolivia, y finalmente alcanzar la zona lindante a Arica, en el extremo norte de Chile.

De acuerdo por otra parte con las informaciones recogidas en Brasil por el periodista alemán Karl Brugger, con cuyo asesinato en la década de los 80 desaparecieron los documentos de su investigación, se hallarían en la cuenca alta del Amazonas diversas ciudades ocultas en la espesura, construidas por seres procedentes del espacio exterior en épocas remotas, y que conectarían con un sistema de trece ciudades ocultas en el interior de la cordillera de los Andes.

Los refugios de los incas. Enlazando con estos conocimientos, sabemos desde la época de la conquista que los nativos ocultaron sus enormes riquezas bajo el subsuelo, para evitar el saqueo de las tropas españolas. Todo parece indicar que utilizaron los sistemas de subterráneos ya existentes, construidos por una raza muy anterior a la inca, y a los que algunos de ellos tenían acceso gracias al legado de sus antepasados. Posiblemente, el desierto de Atacama en Chile sea el final del trayecto, en el extremo Sur. 

Estamos hablando pues, al final del trayecto, de la zona que las tradiciones de los indios hopi —allá arriba en Arizona—, señalan como punto de arribada de sus antepasados cuando —ayudados por unos seres que dominaban tanto el secreto del vuelo como el de la construcción de túneles y de instalaciones subterráneas—, se vieron obligados a abandonar las tierras que ocupaban en lo que hoy es el Océano Pacífico. 

Pero la localización de las señales concretas —que existen—, el desciframiento adecuado de sus claves correctoras —que las hay—, así como la decisión de dar el paso comprometido al interior, es —como siempre sucede en todo buscador sincero— una labor tan comprometida como intransferible.