domingo, 20 de diciembre de 2015

¿Tumbas de Vampiros? Arqueólogos hallan cuerpos enterrados con hoces en sus cuellos

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Hace pocos siglos atrás, el resurgimiento del paganismo pudo despertar primitivos temores en los europeos, pero una vieja comunidad polaca encontró una macabra forma de lidiar con ello. 

Enterrar los cuerpos de sospechados vampiros o demonios con hoces presionando el cuello y de esta forma garantizar que si los difuntos revivían y decidían levantarse, no llegaran muy lejos. 

Cinco de estas tumbas han sido exhumadas en un cementerio del siglo XVII ubicado en Drawsko, Polonia. Los investigadores han declarado que los sepulcros son una pista sobre las antiguas creencias y supersticiones demonológicas del área. 

De acuerdo al reporte publicado en Antiquity, cuatro de los cuerpos tenían una hoz con el filo presionando la garganta, mientras que un quinto cuerpo, perteneciente a una mujer mayor, tenía la hoz en la pelvis. Los arqueólogos piensan que tales prácticas funerarias eran a menudo vistas como medidas «anti-vampíricas» o bien señalaban la tumba de un vampiro. Sin embargo, lo toman solo como una hipótesis entre otras que también merecen atención.

 «Mientras que la hoz dentro del sepulcro garantizaba que el difunto permaneciera bajo tierra y no pudiera dañar a los vivos, también pudo servir para proteger a los muertos contra fuerzas malignas», escriben los investigadores Marek Polcyn y Elżbieta Gajda en el informe. «De acuerdo a la sabiduría popular, una hoz protegía a las mujeres en labor de parto, a los niños y a los muertos contra los espíritus malignos. Además, la herramienta tenía un papel en rituales diseñados para contrarrestar la magia negra y la hechicería». 

Demonización post-muerte 

La superstición sostiene que una «mala muerte» puede causar que el difunto regrese a atormentar a los vivos. Una muerte violenta o inesperada, un accidente o un suicidio, o fallecer antes de ser bautizado, puede llevar a que la persona se transforme en uno de 14 demonios. De igual manera, los individuos considerados como «los otros», aquellos que presuntamente tenían poderes sobrenaturales, tenían el mismo riesgo de convertirse en demonios tras la muerte. 

Habitualmente, estas personas eran enterradas en las afueras de los cementerios, en ubicaciones liminales, donde las transformaciones ocurrirían. En el caso del cementerio en Drawsko, los difuntos parecen haber recibido una sepultura tradicional a pesar de las implicaciones que conllevan las hoces. 

«Los difuntos en Drawski, sin importar que tan demoníacos pensaran sus vecinos que fueran, han sido enterrados bajo ritos cristianos en un cementerio en tierra consagrada», explican los investigadores. «Más allá de la adherencia a ritos funerarios reconocidos, el problema de los demonios permaneció en el inconsciente colectivo, y la presencia de la hoz parecía resolverlo», añaden.

Artículo publicado en MysteryPlanet

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