miércoles, 1 de julio de 2015

El gran dilema de Europa entre perder… y perder mucho más

Si gana el NO en el ‘Greferéndum’ del domingo 5 de julio, acompañada de una salida del euro de Grecia, le costará a la Eurozona 239.000 millones de euros, el doble que una victoria del SI, según estimaciones de la banca de inversión.

Imagen: Puerta del infierno en Grecia (Flickr / Thomas Quine)

Si los griegos se quedan en la eurozona será un golpe económico para Europa. Si se van será peor. El dilema entre perder mucho y perder mucho más es el que afrontan estos días los líderes europeos agrupados en una voz única en torno a las tres instituciones con mando durante esta crisis: Eurogrupo (Jeroen Dijsselbloem), Comisión Europea (Jean Claude Juncker) y Banco Central Europeo (Mario Draghi).

Es unánime. Los países de la Eurozona, entre ellos España, afrontan pérdidas potenciales de 239.000 millones de euros en un escenario de salida de Grecia del euro, según estimaciones de los analistas de Royal Bank of Scotland (RBS). Mantener a los griegos, aceptando su exigencia de una reestructuración de la deuda actual, costaría la mitad, unos 130.000 millones al resto de socios. En este segundo escenario hipotético, Grecia habría votado SI y la Eurozona habría aceptado reestructurar otra vez la deuda de Grecia con una quita y un ablandamiento de las condiciones de pago. En ambos casos toca pagar más que antes de la actual crisis.

Esos cálculos, advierten desde RBS, se han realizado teniendo en cuenta que la deuda global de Grecia se eleva a 537.000 millones de euros. Esto incluye los 320.000 millones de dinero consumido por empresas e instituciones públicas de Grecia. Luego hay otros 219.000 millones que están apuntados en la cuenta griega del BCE por la barra de liquidez de emergencia a sus bancos y la cuota del sistema de liquidación de pagos europeos Target 2, que registra el debe y al haber en cualquier pago y cobro comercial en euros entre países de la eurozona.

También incorporan un nuevo elemento de cálculo que nos afecta: el incremento de costes en la financiación para los países periféricos como España o Italia, que podría elevarse en al menos un 1% en lo que queda de 2015. No es precisamente poco dado el volumen de emisiones del Tesoro español, que entre enero y diciembre prevé haber emitido 240.000 millones de euros para refinanciar anteriores emisiones de deuda -que vencen este año y hay que devolverlas-, así como para afrontar el déficit público con nueva deuda (55.000 millones) destinada a sufragar el recurrente déficit público de la Administración Rajoy.
¿Cielo o infierno? El futuro griego fuera del euro

“Europa no puede ablandar su postura, para evitar más países ‘díscolos’ en el futuro. Pero a nadie, ni a los socios europeos, ni a Grecia, ni al BCE les interesa una salida de Grecia del euro. Tampoco interesa un contagio y el BCE tiene las herramientas necesarias para evitarlo”, explica Joaquín Casasús, director de la gestora Abante Asesores.

Para los griegos -que ya han perdido cerca del 30% del PIB desde que comenzó la crisis y sufren un desempleo del 29%- abandonar el euro supone entrar en el abismo de la devaluación y pérdida de capacidad de compra. Una nueva moneda (otro dracma) que saldría al mercado con una devaluación de entre el 30% y 40% respecto al euro, según un análisis de Mizuho Bank que cita Bloomberg.

Tener una moneda más débil permitiría ganar en competitividad para sus empresas exportadoras y en atractivo a su sector turístico, pero en su reverso, esa moneda, contendría un alto precio a pagar: el pago de una deuda adquirida en euros con un moneda inferior, la evaporación de buena parte de su riqueza financiera en forma de ahorros y depósitos con la inevitable quiebra de sus bancos.

Por supuesto, las pensiones y salarios públicos se pagarían en esa nueva moneda. Con el nuevo dracma se produciría un apagón del crédito para familias y empresas. Al mismo tiempo se encarecería cualquier importación en cuantía similar a la devaluación de la moneda. Entre estos productos no producidos en Grecia se encuentran los medicamentos, automóviles o el petróleo. Casualidad fatal, el llamado ‘oro negro’ es la base una de sus principales industrias exportadoras: sus derivados como gasolinas, gasóleos y productos químicos. ¿Se puede tener un futuro más oscuro fuera del euro?

http://www.elespanol.com/actualidad/dilema-de-europa-entre-perder-y-perder-mas/

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