sábado, 21 de diciembre de 2013

Alemania destina 200 millones a 150 depósitos de alimentos para caso de gran emergencia


Junto a Estados Unidos y Reino Unido, Alemania también viene adoptando en los últimos dos años importantes medidas preventivas para caso de gran emergencia nacional que pudiese interrumpir de manera continuada el abastecimiento a la población.

Escenario de emergencia nacional que, en distintos documentos, queda referido a una pérdida repentina del suministro eléctrico a gran escala, entrándose incluso a formular estimaciones como las recientemente tratadas en Berlín, sobre cuántas horas podrían seguir operando los grandes hospitales de la capital alemana con sus reservas diesel de emergencia, o cuánto tiempo se mantendría la refrigeración de emergencia de las centrales nucleares (sólo “24 horas” los hospitales, y solo “7 días” la refrigeración de emergencia de las nucleares, coincidiendo con las estimaciones barajadas por la Comisión de Regulación Nuclear de los EEUU); mientras que en otros documentos tales medidas preventivas quedan referidas, de forma genérica, a algún tipo de “gran catástrofe natural” que golpease al país e interrumpiese de forma prolongada el abastecimiento a la población.

Uno de los 150 depósitos que se encuentra cerca de la ciudad de Frankfurt, con sacos provenientes de los EEUU.

La última de estas medidas preventivas de Alemania, todavía en implementación, sería ahora la de recuperar hasta 150 instalaciones repartidas por toda su geografía provenientes de la guerra fría y destinar 200 millones de euros a la compra pública por parte del Gobierno alemán de 800.000 toneladas de alimentos como grano de trigo, centeno, avena, arroz, guisantes, lentejas y leche condensada, a modo de reserva de emergencia para poder asistir a toda la población civil alemana en una gran emergencia que interrumpiese la producción y distribución de bienes y servicios.

Y ello mientras, en paralelo, la BBK, la Protección Civil de Alemania, recomienda a todas las familias alemanas que prepararen por sí mismos en casa una pequeña reserva de agua embotellada, comida y un botiquín familiar para tener una autonomía de “2 semanas” sin necesidad de ayuda externa.

“Para comprender mejor ese gran esfuerzo alemán de aprovisionar 150 depósitos públicos de alimentos para emergencias distribuidos entre los 16 Länder alemanes, sería como si en cada una de las 17 comunidades autónomas españolas se organizasen 8 o 9 grandes depósitos estratégicos con varias decenas de miles de toneladas de alimentos almacenados para poder asistir a sus nucleos urbanos en caso de gran emergencia nacional que afectase a las infraestructuras críticas e interrumpiese el abastecimiento”, señalan desde el Observatorio del Clima Espacial.

“Y la recomendación, expresa, dada a todo el país, a más de 80 millones de alemanes, de contar en casa con una pequeña reserva para “2 semanas”, adquiere además relieve cuando en paralelo se están dotando de forma pública 150 enormes depósitos de alimentos con toneladas de alimentos esenciales no refrigerados. Es claro que el Gobierno alemán está haciendo los deberes para anticiparse a un hipotético riesgo de gran impacto que pudiese afectar a su población; hipotético pero lo suficientemente concreto como para invertir 200 millones de euros, por esa hipótesis, no se gastan 200 millones de euros en poesía en los tiempos que corren”.

Todo ello puede ser más llamativo pero no nos debe hacer perder de vista que Alemania viene haciendo mucho más que eso, con la puesta en marcha de distintos proyectos específicamente dirigidos a proteger la red eléctrica e infraestructuras como los varios “GRASB”, el “KritisKat”, o el “TankNotStrom”; proyectos en los que, desde hace ya varios años, se ha intentado impulsar una cooperación entre los planos nacional, regional y local, entre las instituciones, las universidades alemanas, y todo tipo de organizaciones públicas y privadas.

La protección civil alemana ha llegado a desarrollar protocolos de movilización y coordinación de sus unidades para caso de caída del suministro eléctrico y, con ello, de las comunicaciones. Han entendido que perdida la electricidad y sin esos protocolos preestablecidos para poder funcionar sin suministro eléctrico de forma duradera no es que la Protección Civil de Alemania no pudiese asistir a la población, es que no se podría ni coordinar a sí misma y sería de las primeras cosas en caer, antes de empezar la emergencia en sí, junto a la telefonía movil o tantas otras cosas.

Alemania recurre a la Luftwaffe

“Y sin olvidar, tampoco, que el Gobierno alemán encomendó directamente a la “Luftwaffe”, o ejército del Aire Alemán, la responsabilidad de la puesta en marcha de un nuevo centro de coordinación y comunicación que sería el encargado de garantizar las comunicaciones críticas del Gobierno alemán con el resto de las instituciones, así como de garantizar unas mínimas comunicaciones y coordinación de las distintas unidades del Ejército Alemán entre sí y de las distintas fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado; todo ello de modo parecido al sistema de comunicaciones de emergencia también implementado por FEMA en los EEUU desde noviembre de 2011. De hecho lo lógico y normal. ¿Cómo podría en caso contrario un Gobierno intentar siquiera gestionar la situación sin garantizar primero su propia capacidad de mantener las comunicaciones y su propia operatividad real? Un Gobierno que no pudiese ni coger un teléfono para dar instrucciones desaparecería de facto en ese mismo momento y perdería toda posibilidad de controlar la situación en sus fases iniciales cuando todavía se puede revertir”, señalan.

“En cambio todo eso tan normal lo explicas en España y parece que estás hablando de otro planeta, pero es lisa y llanamente la realidad de la seriedad con la que los países más avanzados se están tomando una suficiente preparación para poder sobreponerse a una gran catástrofe nacional tipo HILF, y por supuesto este tipo de información tampoco ha llegado hasta ahora al público general”.

“La única excepción española es la Comunidad Autónoma de Extremadura, que sin alcanzar ese nivel de preparación de Alemania, Estados Unidos o Reino Unido sí que ha dado al menos varios pasos esenciales, desmarcándose de la tónica general.

Ante todo Extremadura ha incluido el escenario de una posible gran tormenta solar que afectase al suministro eléctrico a gran escala y con larga duración en su plan autonómico de emergencias, el PLATERCAEX, de modo que por lo menos alguien en este país contaría con un plan y sus unidades sabrían a qué atenerse.

Pero junto a ello, y no menos importante para que las familias extremeñas pudiesen estar prevenidas de forma básica, se ha dado una recomendación de autoprotección a toda su población para que prevean una pequeña reserva de “4 semanas” de suministros básicos no refrigerados de larga duración en sus casas, en vez de “2 semanas” como los alemanes al no existir todavía en Extremadura depósitos públicos regionales, más allá de la valoración de poder dotar los hospitales de reservas adicionales, pero para asistencia a pacientes.

“En cambio, a nivel nacional muchas cosas siguen pendientes; en enero de 2012 trasladamos al propio Gobierno la petición de que se estudiase la creación de, al menos, dos a tres depósitos de previsión en el país con alta capacidad de transporte para asistir a la población en caso de gran emergencia y aprovechando para ello algunas de las infraestructuras aeroportuarias ya plenamente contruidas pero fallidas, plenamente funcionales pero cerradas; nos ceñiamos con ello a un mínimo y proponíamos aprovechar instalaciones ya pagadas y desaprovechadas, pero parecía que pedíamos la luna. Las medidas del Gobierno alemán han puesto ahora todo ello en perspectiva, ya que Alemania no ha dotado “2 a 3″ depósitos con reservas para asistencia y apoyo en caso de gran emergencia, sino “150″ depósitos públicos con alimentos básicos para la población. Y el anterior Gobierno, por ejemplo, se desentendió por completo de acudir al simulacro atlántico de Boulder de 2010″.

“Por eso España, en el sur de Europa, cuenta con una mejor protección natural que Alemania ante la mayoría de eventos extremos del clima espacial, qué duda cabe, pero a estas alturas comenzamos a dudar seriamente quien saldría peor parada, Alemania o España, ante cosas como un “Evento Carrington” que sí que tendría capacidad de alcanzar a ambos países. Porque en Alemania tienen que superar una mayor exposición por ubicación, sí, pero cuentan con políticos de cierta talla, responsables y previsores; nosotros, en cambio, geográficamente mejor ubicados y con mucho más a favor tenemos el inmenso handicap de la mayor negligencia y corrupción, en promedio, de nuestra clase política; políticos para los que anticiparse alguna vez sensatamente a algo pareciera estar prohibido. Y una cosa es que se tengan mejores cartas de partida, y otra, muy distinta, que no se termine de hacer nada concreto y sustancial a nivel nacional aprovechando esa circunstancia, y lo terminemos fiando todo a la geografía favorable y a no tener mala fortuna”, concluyen.

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