sábado, 9 de noviembre de 2013

La leona que ama (y abraza) a los dos hombres que le salvaron la vida


Una historia increíble, de película, una historia que demuestra que el ser humano y los animales pueden vivir en armonía. Una historia que puede ser contada con fotografías. El amor entre una leona salvaje y los dos hombres que la salvaron. Ella se llama Sirga y pesa 50 kilogramos. Ellos con Valentin Gruener y Mikkel Legarth.

La leona trata a los dos hombres como si fueran leones. Gracias a ellos, puede cazar, alimentarse y sobrevivir. Cuando era un cachorro, Sirga fue expulsada de su manada. Los dos hombres, un alemán y un danés, la adoptaron y ahora la leona sabe cómo mostrar su agradecimiento.


Gruener y Legarth dirigen el Modisa Wildlife Project, en Botswana, una organización que tiene como objetivo salvar a la población de leones de la zona. El país situado en el sur de África tiene grandes extensiones de desierto. Con todo, el espacio usado para la agricultura está aumentando y losconflictos entre seres humanos y leones cada vez son más frecuentes. El Modisa Wildlife Project trabaja con los agricultores locales para encontrar una forma de convivencia entre leones y hombres.


El plan es sencillo: trasladar a los leones para que no molesten a los agricultores hacia una gran área protegida donde tienen presas con las que alimentarse.

Mikkel señala que no se puede trasladar a los leones a cualquier parte. Si los llevas a un lugar donde no hay comida, los felinos vuelven donde estaban antes porque saben que se pueden alimentar.
Botswana protege a los leones


En Botswana, los leones cuentan con la protección del Gobierno. La fundación está creando parcelas de 10.000 hectáreas para que vivan grupos de entre diez y quince leones. Son recintos vallados para que no perjudiquen a los agricultores. Gruener y Legarth saben bien que es mejor no acercarse demasiado a los leones. Pero con Sirga es diferente, como demuestran las imágenes.

1 comentario:

  1. Los animales vibran en un nivel tan alto de sabiduría ancestral y energético, tan sublime y puro que el humano no está ni en capacidad, ni en disposición de reconocerlo y tampoco tiene la madurez para aceptar este hecho, pues hacerlo implicaría asumir que somos inferiores, muy inferiores. Hay un verdad que no tiene vuelta de hoja: "El que no tenga la capacidad o se niegue a amar a un animal, el que sea, por más pequeño que este sea, jamás poseerá la disposición de amar a otro ser humano abierta, profunda y entregadamente. Mientras más se resista, más estará frenando su evolución".
    The Sword of the Templar.

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