viernes, 16 de agosto de 2013

El Gobierno egipcio advierte de que disparará ante cualquier ataque y la Hermandad responde saliendo a la calle

  • REPRESIÓN CONTRA LOS ISLAMISTAS

    Las autoridades egipcias reconocen que la cifra de víctimas tras los disturbios desencadenados el miércoles asciende a 525 personas fallecidas y 3.717 heridas. Los Hermanos Musulmanes elevan la cifra de muertos a 4.500 y han asegurado que no pararán hasta "derrocar el golpe militar" que acabó con el Gobierno de Mursi.

    El Gobierno de Egipto ha anunciado que responderá con fuego a cualquier ataque que reciban sus fuerzas o sus instalaciones por parte de Hermanos Musulmanes. Las autoridades han manifestado en un comunicado que la Hermandad ha urdido un “plan criminal” destinado a “demoler los pilares del estado egipcio”.

    Las amenazas gubernamentales coinciden con el anuncio de nuevas manifestaciones de la Hermandad, que ha prometido seguir luchando de forma "pacífica" hasta “derrocar el golpe militar”, y cuyos partidarios están marchando por las calles de El Cairo a pesar de la represión del miércoles contra los campamentos que pedían la vuelta al poder del derrocado Mohamed Morsi que, según el último balance oficial, ha causado 578 muertes —entre ellos, 43 policías— y herido a casi 3.000 personas en todo el país. Sin embargo, los Hermanos Musulmanes elevan la cifra de muertos a 4.500.

    Cientos de islamistas han marchado este mediodía por las calles de Alejandría, la segunda ciudad del país, en protesta por el brutal asalto de la víspera y en desafío del estado de emergencia decretado el miércoles por la tarde. También en la capital cariota, los seguidores de Morsi han contonuado las movilizaciones y han asaltado un edificio gubernamental. Además en la península del Sinaí al menos cuatro soldados han muerto por una ataque perpetrado por un grupo de hombres armados en la ciudad de El Arish, en la región de Sinaí del Norte, según han informado fuentes médicas y de los servicios de seguridad. La península del Sinaí, limítrofe con Israel y la Franja de Gaza, da refugio a numerosos grupos islamistas que tras la caída de Hosni Mubarak y aprovechando el vacío de seguridad han intensificado en los últimos dos años sus ataques contra policías y soldados. 

    Repulsa de la comunidad internacional

    Las espeluznantes imágenes de mezquitas repletas de cadáveres y manifestantes ensangrentados no han dejado indifernete a la comunidad internacional, que ha censurado de forma unánimela sangrienta represión en Egipto.

    El presidente de EEUU, Barack Obama, aseguró que su país "no puede determinar el futuro de Egipto", y que Washington "no toma partido" por ninguna de las partes en la crisis que ha dejado ya más de 500 muertos. Por ello el gobierno de EEUU anunció seguidamente la suspensión de los ejercicios militares bienales con ese país y sentenció: "El pueblo egipcio merece algo mejor que lo que hemos visto en los últimos días. El ciclo de violencia debe detenerse".

    Desde Ginebra, la alta comisionada de la ONU para los Derechos Humanos, Navi Pillay, pidió a todas las partes en Egipto que den un paso atrás para salvar el país del desastre y exigió "una investigación independiente, imparcial, efectiva y creíble sobre la conducta de las fuerzas de seguridad". "Deploro la pérdida de vidas y pido a todos en Egipto que busquen una solución fuera de la violencia. Urjo a la autoridades egipcias y a las fuerzas de seguridad que actúen con la máxima moderación", dijo Pillay, quien lamentó la "peligrosa polarización" de la sociedad egipcia y pidió "reconciliación".

    Por su parte, la Liga Árabe expresó su preocupación por la muerte de cientos de personas en Egipto, ofreció su ayuda al país en esas "difíciles circunstancias" y llamó a todos los Estados árabes a que respalden a Egipto "en esta tormentosa etapa de la historia del mundo árabe". Al mismo tiempo, la Secretaría General de la organización panárabe, con sede en El Cairo, evitó condenar a las autoridades egipcias al destacar la adopción de medidas por parte del Gobierno para contener la situación y preservar la seguridad y estabilidad del país.

    En Irán, país que ayer advertía sobre el riesgo de una guerra civil en Egipto, el nuevo presidente, Hasan Rohaní, exigió al Gobierno poner fin a la cruel represión de las protestas de los islamistas y se solidarizó con el pueblo del país árabe, que "quiere ser libre".

    A su vez, el ministro de Exteriores alemán, Guido Westerwelle, condenó en Túnez el uso de la "violencia" por parte dhttp://www.intereconomia.com/noticias-gaceta/internacional/atacan-varias-iglesias-sur-egipto-20130814http://www.intereconomia.com/noticias-gaceta/internacional/atacan-varias-iglesias-sur-egipto-20130814e la Policía egipcia contra "manifestaciones pacíficas", y exigió detener el "derramamiento de sangre".

    En Madrid, el embajador de Egipto, Ayman Zaineldine, fue llamado por el Ministerio de Exteriores para trasladarle la inquietud de España por la situación y para condenar el uso de la violencia, y lo mismo expresaron a los diplomáticos egipcios los Gobiernos de Alemania, Reino Unido, Francia, Italia, Austria y otros países.

    Por su parte, el primer ministro turco, Recep Tayyip Erdogan, reclamó hoy la celebración de una reunión extraordinaria del Consejo de Seguridad de la ONU para debatir la "masacre".
    Asimismo, el Gobierno chino pidió "moderación" a las fuerzas políticas de Egipto y abogó por el diálogo, al expresar la esperanza de que "todas las partes pongan en primer lugar los intereses de los ciudadanos y que actúen con moderación para evitar más víctimas".

    Argentina se sumó a este coro de voces con la condena de "la brutal represión contra las manifestaciones populares que ganaron las calles de las principales ciudades de Egipto", e instó a las autoridades del país al "cese total e inmediato de la espiral de violencia". Y también se ha pronunciado el papa Francisco, quien dijo que "llegan por desgracia noticias dolorosas de Egipto" e instó a los presentes a orar juntos "por la paz, el diálogo y la reconciliación en aquella querida tierra y en el mundo entero". 

    Ceremonias por los fallecidos

    Este jueves, los Hermanos Musulmanes han celebrado los funerales de sus seguidores que perecieron ayer en estos, según informó el portavoz de la Hermandad Ahmed Subaya.

    Una de las principales tuvo lugar en la mezquita de Al Imán, en el distrito cairota de Ciudad Naser, cerca de la plaza de Rabea. Los Hermanos Musulmanes explicaron en su página web que en ese templo se celebró el funeral por "miles de mártires, que fallecieron en la masacre perpetrada por el Ministerio del Interior y la Policía Militar".

    Durante las exequias, los asistentes gritaron lemas como "Alá es Grande" y "Yo no estoy triste por el mártir". En paralelo, y no muy lejos de Ciudad Naser, se llevó a cabo el funeral oficial por los 43 policías muertos ayer en los disturbios. A la ceremonia, que se desarrolló en la mezquita de la policía, acudió el ministro del Interior, Mohamed Ibrahim, y otros responsables de este departamento.

    Ataque a una iglesia 

    La operación de desalojo de las acampadas islamistas ha desatado una oleada anticristiana dirigida por miembros de los Hermanos Musulmanes. El último capítulo de este este escabroso episodio lo han protagonida un grupo de miembros de la Hermandad al irrumpir hoy en una iglesia en Fayum, al sur de El Cairo, y le prendieron fuego, según la televisión egipcia.

    La cadena no dio más detalles sobre este suceso, que ocurrió después de que ayer siete templos cristianos, la mayoría en el sur del país, fueran asaltados durante los disturbios.

    Los Hermanos Musulmanes y las autoridades se han acusado mutuamente de esos ataques, ya que mientras que los primeros aseguran que fueron "baltaguiya" (matones), enviados por el Ministerio del Interior, el Gobierno achaca la responsabilidad a los islamistas


    El Ministerio del Interior de Egipto ha asegurado este jueves que las fuerzas de seguridad tienen orden de utilizar munición real, contra manifestantes para contrarrestar cualquier ataque llevado a cabo contra ellos o contra los edificios públicos. 

    De acuerdo con el Ministerio esta decisión ha sido tomada después de que los manifestantes prendieran fuego contra un edificio gubernamental en un suburbio de El Cairo, capital. 

    Asimismo, el gobierno ha reducido por dos horas el toque de queda. El nuevo decreto es desde las 21:00 y hasta las 06:00 y tendrá lugar en 12 de las 27 provincias de esta nación sumergida en una crisis, según un comunicado de la oficina del presidente interino. 

    El Cairo, Giza, Alejandría, Suez, Ismailia, Assiut, Sohag, Beni Suef, Minya, Behera, Sinaí del Sur y Sinaí del Norte, son las provincias que tendrán que cumplir durante un mes con esta nueva orden. 

    Por otra parte, Mohamad el-Beltagy, secretario general del Partido Libertad y Justicia (PLJ) de Egipto, quien su hija de 17 años ha sido abatida a tiros, el miércoles, por las fuerzas ha acusado al ministro de Defensa, el general Abdelfatá al-Sisi, y al Ejército egipcio de haber cometido "crímenes de guerra". 

    "Lo que Al-Sisi está haciendo no es sólo desmantelar nuestra protesta sino implicar al Ejército, sus oficiales y soldados en una guerra civil, por lo que no será el único que será llevado ante la justicia por crímenes de guerra (...) Se han disparado balas reales contra los manifestantes desde helicópteros y desde los tejados de edificios militares en los barrios. Las víctimas han sido alcanzadas por disparos en la cabeza, en el cuello, el pecho y en el corazón. Esto ha sido claramente un intento de matar no de desmantelar", ha asegurado, en un comunicado. 

    Según la Hermandad Musulmana, el sangriento desalojo del miércoles, del Ejército egipcio en la capital El Cairo, se saldó con más de 2000 muertos y al menos 10 000 heridos. 

    Mientras que un responsable del Ministerio egipcio de Salud ha anunciado este jueves que en la sangrienta represión de los simpatizantes de Mursi perecieron por lo menos 525 personas, entre ellas, 482 civiles.

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