viernes, 12 de julio de 2013

Los Siete Paracaidistas de Maipú


Es curioso que en Chile pocos recuerden un fenómeno semejante. Se dio en el verano de 1998, en dos ocasiones: 28 de enero y 14 de febrero, cuando se vio en el cielo, volando en correcta formación y de pie en el aire, pero desplazándose en forma horizontal, siete figuras de humanoides, que no colgaban de ningún paracaídas o parapente. 

Llamados entre los creyentes internacionales del fenómeno ovni, “Los siete paracaidistas de Maipú” (pese a que no lo eran, según los testigos eran humanoides que estaban flotando en el cielo), hay incluso videos de su celestial paso por Chile.


Para acrecentar el misterio, los ufólogos aseguran que los seres voladores autopropulsados –como el mexicano– existen desde los tiempos de la Biblia. En el Antiguo Testamento, el profeta Ezequiel describió en las Escrituras (Ez. capítulo 10:9, 10:10 y 10:11) a “seres alados, ángeles o querubines” que se mantenían en el aire en forma independiente, junto a “un extraño artefacto”, también suspendido entre las nubes. Narra textualmente: “Junto a los seres alados vi cuatro ruedas que brillaban, y semejaban ser en ese momento una rueda dentro de otra rueda…”.

Podría entenderse que aquello no era otra cosa que un disco volador, y los ángeles o querubines, exploradores espaciales en su “traje” autopropulsado.

El video fue analizado por la única entidad oficial que se encarga de investigar el fenómeno ovni en Chile, el Comité para el Estudio de Fenómenos Aéreos Anómalos (CEFAA), dependiente de la Dirección General de Aeronáutica Civil (DGAC). Uno de los encargados de analizar el video fue Eugenio Fourt, joven productor audiovisual y asesor en el análisis de imágenes ovni del CEFAA.

Producto del análisis, se pudo constatar que dentro de las imágenes aparecieron algunas sorpresas, como por ejemplo, la presencia de algunas esferas que flotaban alrededor de estos objetos. Estas esferas estaban en distintas posiciones y no necesariamente debajo o arriba de los objetos, sin tener en apariencia una relación real con la posición de los objetos, pero sí permaneciendo en su entorno.

Fuente: Despierta Cordoba

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