jueves, 4 de julio de 2013

El Ejército vuelve a demostrar quién manda en Egipto

Los militares se presentan como defensores de la «voluntad del pueblo»

El Ejército egipcio, una de las instituciones más respetadas en el país, ha vuelto a convertirse en el gran demiurgo de la política egipcia, erigiéndose como defensor de la «voluntad del pueblo» y árbitro del polarizado e irreconciliable panorama político egipcio. 

La imagen de la institución ha experimentado una recuperación exprés. Si hace poco más de un año cientos de miles rechazaban en la plaza Tahrir a la junta militar, cuyo gobierno se prolongó durante 18 meses, ayer la mayoría de los manifestantes, como durante la revolución de 2011, volvieron a recibir a los tanques en este ágora con vítores y aplausos.

Las Fuerzas Armadas insisten en que su intención no es regresar a la primera fila de la política y miles de egipcios, muchos de los cuales se opusieron a la junta militar, han abrazado con confianza esta intervención.

No parece, sin embargo, que la ideología haya sido un factor determinante en la actuación de las Fuerzas Armadas.

Los militares y los Hermanos Musulmanes, enemigos acérrimos durante los últimos sesenta años, habían aprendido a convivir juntos desde la caída del expresidente Hosni Mubarak. Aunque tuvieron sus desencuentros, el pragmatismo se impuso entre los Hermanos Musulmanes y el Ejército: la Constitución, que se aprobó a finales del año pasado, redactada en su mayoría por islamistas, garantizaba la independencia de las Fuerzas Armadas, que no necesitan rendir cuentas al poder civil electo y que disponen de casi completa autonomía para gestionar su presupuesto y sus intereses.

REUTERS

Incapacidad de Mursi

Sin embargo, la situación cada vez más explosiva en las calles y la incapacidad del presidente Mohamed Mursi y su gobierno para rebajar la tensión y llegar a acuerdos con la oposición, han acabado por forzar su intervención. El motivo principal es el temor a que un estallido de violencia termine afectando también a la propia institución militar.

No cabe duda de que «el Ejército optará en todo momento por respaldar sus propios intereses» y que, por lo tanto,la institución finalmente se pondría «de parte del grupo que terminara siendo más grande», señala Ziad Akl Musa, analista del Centro de Estudios Estratégicos y Políticos Al Ahram.

Los militares han sabido actuar con sutileza para que no parezca que el golpe ha sido obra exclusiva suya. Pero queda por ver hasta donde están dispuestos a mantener su vigilancia sobre el nuevo régimen del país.

Más que un Ejército

Medio millón Con su medio millón de soldados -y alrededor de un millón de reservistas- las Fuerzas Armadas egipcias son el Ejército más grande del mundo árabe

Poder económico: Las industrias de todo tipo controladas por el Ejército constituuen entre el 8 y el 40 por ciento del PIB. Las cifras de su presupuesto e ingresos son secreto de Estado

Poder político: La mayoría de los gobernadores provinciales son oficiales retirados del ejército. Muchas de las grandes instituciones y empresas públicas están llevadas por exgenerales

Nuevas competencias: El pasado mes de diciembre, el presidente Mursi dio al Ejército la facultad de «proteger» los colegios electorales y lasinstituciones. Para algunos es una especie de «ley marcial»

Fuente: ABC

Ejército egipcio depone a Mohamed Morsi


A. Hauslohner, W. Booth y S. Al-Hourani

Fotos: Agencias

El Cairo. El ejército egipcio destituyó ayer al presidente Mohamed Morsi y suspendió la constitución, en movimientos, que según dijo, están enfocados a resolver la crisis política del país.

En un discurso televisado a la nación después de una reunión con un grupo de líderes políticos, religiosos y civiles, el jefe de las poderosas Fuerzas Armadas de Egipto, el general Abdel Fatah al-Sisi, manifestó que el jefe de la Corte Constitucional de Egipto “asumirá la Presidencia” con carácter provisional hasta que una nueva elección presidencial sea llevada a cabo. Al-Sisi manifestó que el presidente interino, Adly Mansour, -la autoridad judicial más alta de Egipto- tendrá la facultad de decretar leyes durante el periodo transitorio.

El anuncio se produjo mientras grandes multitudes de manifestantes en favor y en contra del gobierno se congregaron en las calles de El Cairo y el Ejército desplegó vehículos blindados. Por la tarde, un importante asesor de Morsi había declarado que un golpe de Estado estaba en marcha y advirtió que podría derivar en un “considerable derramamiento de sangre”.

“Las medidas anunciadas por el liderazgo de las Fuerzas Armadas representan un golpe de Estado en su totalidad, rechazado categóricamente por todos los hombres libres de nuestra nación”, publicó Morsi en su cuenta oficial de Twitter ayer por la noche, después de la declaración de Al-Sisi.

En un video, aparentemente filmado con una cámara de teléfono, Morsi declaró más tarde que él seguía siendo “el Presidente de la República” y aseguró que la revolución de Egipto contra el régimen autoritario en el 2011 había sido “robada”. El video no reveló el paradero de Morsi, pero sus colaboradores afirmaron que permanecía bajo arresto domiciliario.

El líder de la oposición liberal, Mohamed elBaradei, los jefes de la iglesia copta de Egipto y los de la más alta institución islámica, al-Azhar, también hablaron ayer por la noche.

Hasta el anuncio de anoche, el Ejército egipcio había negado que se trataba de un golpe de Estado. De acuerdo con la agencia oficial Middle East News Agency, los altos mandos militares apoyaban a los líderes religiosos musulmanes y cristianos, a representantes de la juventud y al jefe de la alianza de la oposición liberal para presentar conjuntamente un “camino” para una transición política.

Al-Sisi aseguró que el Ejército había respondido a las demandas del pueblo en un acto de “servicio público”.

Fuente: http://eleconomista.com.mx/internacional/2013/07/03/ejercito-egipcio-depone-mohamed-morsi


Kissinger sobre las revueltas de Egipto (03/03/2011)

Video del año 2011, donde Kissinger afirmó que egipto iba a ser “el primer acto de un drama que tiene que ser actuado”,  tambien dijo “No queremos hacer ver que estemos imponiendo un gobierno”



El Ejército controla Egipto a la espera de la reacción de los Hermanos Musulmanes

TRAS EL GOLPE DE ESTADO QUE ARREBATA EL PODER AL ISLAMISTA MOHAMED MURSI

Opositores al islamista Mursi celebran su derrocamiento en la plaza Tahrir (Reuters).


Golpe de Estado en Egipto contra el Gobierno islamista elegido en las urnas. Las Fuerzas Armadas derrocaron ayer al presidente del país, Mohamed Mursi, con un fulminante golpe de fuerza poco después de que expirase el ultimátum para pactar con el resto de fuerzas una salida a la crisis política que asola al país. Poco después anunciaron su hoja de ruta, diseñada conjuntamente con figuras políticas, religiosas y de la oposición: suspensión de la polémica Constitución, disolución del Parlamento y período de transición que deberá finalizar en elecciones presidenciales y parlamentarias. Un movimiento que pone de nuevo a Egipto rumbo hacia lo desconocido. 

Con el apoyo de un amplio sector de la población, los militares se desplegaron a media tarde por El Cairo; tomaron la televisión pública, rodearon con alambradas de espino el Palacio Presidencial y cercaron con blindados las áreas de reunión habituales de los simpatizantes de los Hermanos Musulmanes. Una vez concluida la operación, designaron como mandatario interino al presidente del Tribunal Constitucional Supremo, Adli Mansur, quien deberá convocar y supervisar los próximos comicios presidenciales.

La tensión no tardó en estallar, pese a las llamadas a la calma desde ambos bandos. Al cierre de esta edición, Alejandría, ciudad con una fuerte presencia islamista, era escenario de enfrentamientos con víctimas mortales, mientras que los combates entre seguidores de Mursi y efectivos del Ejército en la urbe costera de Marsa Matruh (noroeste del país) se habían saldado con cuatro muertos y quince heridos por bala cuando partidarios de los Hermanos Musulmanes atacaron a las fuerzas que custodiaban la sede del gobernador local. Los choques se reprodujeron en otras ciudades, mientras la Policía egipcia detenía durante la madrugada a destacados dirigentes islamistas sin precisar sus identidades. 

La gran incógnita que se cierne ahora sobre Egipto es cuál será la reacción de los partidarios del derrocado mandatario, dado que siempre se han manifestado en contra de que Mursi entregase el poder, obtenido hace un año en unas elecciones consideradas legítimas por la comunidad internacional. Más allá de la jornada relativamente pacífica que se vivió el El Cairo, el temor a un estallido de violencia se cierne sobre el país.


¿Por qué el golpe? “Mursi no respondió a las demandas del pueblo”

La acción del Ejército, que se consideraba inevitable tras el discurso en el que Mursi descartó dimitir la noche del martes, ha contado con el respaldo de destacados líderes políticos y religiosos, que las Fuerzas Armadas aprovecharon para propagar el apoyo popular con el que cuenta el golpe de Estado. Lo cierto es que tras el derrocamiento del presidente, la plaza Tahrir, kilómetro cero de la revolución que derrocó a Hosni Mubarak y donde se habían reunido cientos de miles de personas, estalló de júbilo. 

En un discurso a la nación, el jefe del Ejército, Abdel Fatah al Sisi, anunció que el presidente interino tendrá todo el poder para hacer declaraciones constitucionales y para designar a un jefe de Gobierno con prerrogativas. Además, se formará un comité de expertos para enmendar la Constitución, según la hoja de ruta del líder militar, que estaba rodeado de líderes políticos, además del jeque de la institución islámica de Al Azhar, Ahmed Tayeb, y el papa copto, Teodoro II. 

El general argumentó que Mursi "no respondió a las demandas del pueblo" después del ultimátum de 48 horas que le había dado el Ejército, por lo que las Fuerzas Armadas abrieron consultas con representantes de la sociedad egipcia para trazar su hoja de ruta. "El Ejército sintió que el pueblo egipcio le pedía ayuda. No que tomara el poder, sino que cumpliese su responsabilidad civil, y las Fuerzas Armadas entendieron la esencia del mensaje", añadió.

Cierres y detenciones en las cadenas islámicas

En su plan por evitar una escalada de la violencia, los servicios de seguridad egipcios suspendieron anoche la emisión en directo desde el país de la cadena catarí Al Yazira, tras irrumpir en sus oficinas, ubicadas en la misma plaza Tahrir. Al Yazira explicó en un comunicado que los agentes entraron en su redacción mientras cubrían en directo las manifestaciones que celebraban el derrocamiento de Mursi. 

Poco antes, las fuerzas de seguridad egipcias habían detenido a responsables y presentadores de canales de televisión religiosos islámicos en El Cairo y cancelaron sus emisiones. Los arrestos se efectuaron en medio de un refuerzo del despliegue de militares y policías en la llamada Ciudad de los Medios de la zona de Seis de Octubre, próxima a la capital egipcia.

Fuentes de las televisiones religiosas, citadas por la agencia oficial Mena, señalaron que la Policía les comunicó que las detenciones son una medida de precaución para impedir que se provoque a los manifestantes islamistas y que se instigue a la violencia.

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