domingo, 2 de junio de 2013

La independencia naufraga en la segunda ciudad más poblada de Cataluña


HOSPITALET SIMBOLIZA LA 'ESQUIZOFRENIA' DE UN PSC DIVIDIDO ENTRE 'ESPAÑOLISTAS' Y SOBERANISTAS



La alcaldesa de L'Hospitalet de Llobregat, Marín, el primer secretario del PSC, Navarro, y el secretario de acción política, Balmon. (EFE)

Con cerca de 270.000 habitantes, Hospitalet de Llobregat no es sólo la segunda ciudad catalana y una de las de mayor densidad demográfica de España. Es, sobre todo, el síntoma de la esquizofrenia que sacude al Partido Socialista de Cataluña (PSC), al que el debate independentista ha roto en dos mitades. Mientras más de 70 ayuntamientos gobernados por el PSC ya se han sumado a la Asociación de Municipios por la Independencia, que aboga sin tapujos por la ruptura con el Estado, Hospitalet -controlada por los socialistas desde la recuperación de la democracia- se opone radicalmente a la secesión.

La población de Hospitalet sigue estando formada mayoritariamente por inmigrantes andaluces, extremeños, gallegos y castellanos llegados en oleadas en las décadas de los 60 y 70 del siglo pasado al calor de la industrialización de Cataluña. Los nietos de aquellos pioneros constituyen ahora la tercera generación de charnegos -término despectivo acuñado por la burguesía catalana para referirse a los españoles procedentes de otras regiones-, se expresan preferentemente en castellano -aunque conocen el catalán- y siguen votando, aunque con menos entusiasmo que sus abuelos, al PSC, que en las últimas elecciones municipales bajó del 53% al 39% de votos.

Nuria Marín, alcaldesa desde 2008 -cuando tomó el relevo del ex ministro charnegoCelestino Corbacho, que gobernó la ciudad durante 13 años-, protagonizó esta semana un gesto que no ha sentado nada bien en la dirección del PSC. Ella y los otros 12 concejales de su partido votaron a favor de una moción presentada por el PP que muestra su rechazo frontal al Consejo para la Transición Nacional -el órgano consultivo impulsado por Artur Mas para trazar la hoja de ruta hacia la independencia-, se opone a que el Ayuntamiento facilite recursos materiales y humanos para la celebración del referéndum que promueve CiU y recuerda que la Constitución garantiza la "indisoluble unidad de la Nación española".

Esa moción, que contó también con el apoyo de los dos concejales ultraderechistas de Plataforma por Cataluña (PxC), es un fiel reflejo del naufragio de la aventura soberanista auspiciada por Mas en una ciudad cuyo tejido social sigue abrazando mayoritariamente la doble identidad española y catalana. CiU, la formación hegemónica en el Parlamento catalán, sólo cuenta con cuatro ediles en el Ayuntamiento de Hospitalet -dos menos que el PP y dos por encima de PxC-, y ERC, que desplazó al PSC como segunda fuerza política de la comunidad en las últimas elecciones autonómicas, ni siquiera tiene representación en el Pleno municipal.

El mapa de la desafección

Pero Hospitalet no es una isla en el mapa de la desafección hacia la independencia. En buena parte de los municipios que conforman el área metropolitana de Barcelona también reina idéntico desapego, especialmente los del llamado cinturón rojo de la capital catalana, dominado por el PSC. Ciudades como Cornellá, San Baudilio de Llobregat, Esplugues, Sant Boi, Sant Feliu, San Adrián de Besós, Badalona o Sabadell, todas con poblaciones cercanas a los 100.000 habitantes o que superan ampliamente esa cifra, siguen siendo mayoritariamenterojas -excepto Badalona, con alcalde del PP-, pero el secesionismo, lejos de haber calado, provoca un rechazo mayoritario.

El PSC de Hospitalet, con Marín al frente, puso en marcha el pasado fin de semana una campaña de reprobación de la independencia, con reparto de folletos en los que se afirma que ésta "no es la solución a la crisis económica" y se apuesta por "un modelo federal que respete la realidad plurinacional, pluricultural y plurilingüística del Estado". Unos argumentos -los del federalismo de nuevo cuño- que el líder del PSC,Pere Navarro, repite en todos los foros, pero que un amplio sector soberanista del partido considera demasiado tibios, incluidos los alcaldes de decenas de municipios alineados con las tesis separatistas.

Esa doble alma del PSC -la que sigue abrazando la Constitución, con o sin retoques, y la soberanista- se manifiesta en grandes ciudades como Hospitalet y en pequeñas poblaciones como Sant Joan de Vilatorrada (Barcelona), cuyo ayuntamiento, en manos de CiU, ha aprobado esta misma semana, con el apoyo del PSC, sumarse a la Asociación de Municipios por la Independencia. Pero ni siquiera hubo unanimidad en el grupo municipal socialista: tres de los cuatro concejales del partido votaron sí a la moción, que se declara abiertamente favorable a la ruptura de Cataluña con España, y uno optó por la abstención. En otros 70 municipios, gobernados por el PSC, se han aprobado mociones similares.

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