sábado, 8 de junio de 2013

El escándalo de la Vigilancia Estatal Pone a prueba las promesas de Obama

La Reciente Filtración Sobre la Vigilancia de la Agencia de Seguridad Nacional de EE.UU. a los Usuarios de empresas clave de Silicon Valley convierten a Obama en el continuador de las Políticas de George W. Bush.

En 2008, Cuando el actual presidente Barack Obama todavia era el senador de Illinois y participaba en suspensión Primeros comicios Presidenciales, uno de los Puntos de do Programa electoral FUE Dejar Atrás la era de George W. Bush “de las escuchas telefónicas pecado Orden judicial” .

Obama No Se mostro ‘entonces’ dispuesto a apoyar a las Compañías de Comunicación demandadas porción proporcionar Datos de Sus Usuarios al Estado.

Pero ya en diciembre de 2012 el presidente Firmo the document Que extendía Otros cinco Jahr la vigencia de la Ley de Vigilancia de Inteligencia Extranjera (FISA, POR SUS Siglas en inglés), Que otorga a las agencias de Inteligencia la POSIBILIDAD de espiar a los Ciudadanos del país sin Orden Judicial.

“Bienvenidos a Una Época Obama-Bush”

“Bienvenidos a la era de Bush-Obama, sin PERIODO DE 16 Jahr en la Historia Estadounidense Que Sera recordado Por Una erosión pecado Precedentes de las Sociedades Civiles y Una Falta de Respeto a la Transparencia, escribe el Analista Ron Fournier, director editorial de la revista ‘National Journal’, subrayando Que El curso de la Política de Obama NO TIENE Grandes Diferencias con el do predecesor.

“Lo Que HEMOS aprendido Sobre la Casa Blanca de Bush-Obama es Que las Palabras no significan nada”, concluye el Analista en el article.

http://actualidad.rt.com/actualidad/view/96732-promesas-frustradas-obama






Una orden judicial secreta exige información diaria a una compañía telefónica. El registro de las llamadas no tiene en cuenta si los autores cometieron algún delito.

El gobierno estadounidense registra a diario todas las llamadas de clientes de la compañía telefónica más grande del país en virtud de una orden judicial secreta, y lo justifica por considerarlo “una herramienta crítica” en el combate al terrorismo, reveló este jueves el diario británico The Guardian.

Según publicó en su página web el rotativo, por medio de una disposición judicial emitida en el mes de abril se exige a la compañía telefónica Verizon que facilite “de manera continua” y “a diario” a la Agencia Nacional de Seguridad (NSA) información de todas las llamadas de teléfono, tanto locales como internacionales.

La denuncia pone en evidencia que bajo la administración de Barack Obama se realizaron registros de las llamadas de todos los clientes de esa compañía sin tener en cuenta si los autores de esas llamadas cometieron algún delito.

Frente al escándalo, un alto funcionario del gobierno norteamericano, quien pidió anonimato, en declaraciones a la cadena televisiva CNN justificó estas acciones que perjudicaron a millones de clientes.

“La información como la que describe el artículo de The Guardian ha sido una herramienta crítica a la hora de proteger a la nación de amenazas terroristas contra Estados Unidos”, sostuvo el funcionario.

La Corte Extranjera de Vigilancia de Inteligencia (FISA), un tribunal secreto, fue quien emitió la orden solicitada por el FBI por un período de tres meses que finaliza el 19 de julio.


La orden otorga una autoridad ilimitada al gobierno estadounidense para obtener números de teléfono de los comunicantes, lugar de la llamada y su duración, aunque no el contenido de la conversación.

La información podría abrir un debate en Estados Unidos sobre el espionaje que realiza la actual administración.

Espionaje masivo

Durante el gobierno de George W. Bush, funcionarios de Inteligencia revelaron que la NSA recopilaba datos, pero esta es la primera vez que aparecen documentos que revelan que estas prácticas también son realizadas por el gobierno de Obama.

El hecho es inusual, ya que en otras oportunidades cuando la FISA emite este tipo de órdenes sólo lo hace sobre determinadas personas a las que se quiera investigar por alguna sospecha específica, en general de terrorismo.

La orden, firmada por el juez Roger Vinson, obliga a Verizon a enviar copias detalladas de los registros de llamadas a la NSA al tiempo que prohíbe que la compañía revele al público la existencia de la petición del FBI e incluso del mismo dictamen judicial.

Lo que no se reveló es si Verizon es el único operador de telefonía obligado a enviar sus registros a la NSA o si las demás operadoras también están afectadas por la medida.

Telam 
Fuente: http://armakdeodelot.blogspot.com.es/2013/06/eeuu-escucha-millones-de-llamadas.html


Programa secreto de la Agencia Nacional de Seguridad para el control de las comunicaciones privadas en Internet


Aunque no lo conozca, no quiere decir que no le pueda perjudicar. Esta semana hemos conocido que las comunicaciones electrónicas están siendo supervisadas por la Agencia Nacional de Seguridad de los Estados Unidos, sin que exista de por medio ninguna sospecha contra las personas. 

El pasado miércoles, The Guardian, publicó una Orden Judicial secreta para que Verizon Business entregase a la NSA los metadatos relacionados con las llamadas entre los Estados Unidos y otros países y de todas las llamadas locales realizadas dentro de los Estados Unidos. 

Entre los datos se incluyen: el número de teléfono desde el que se hace la llamada, el número al que se llama, con fecha, hora y duración de la llamada. En algunos casos también se incluye la ubicación de las personas que realizan la llamada. Según la senadora Dianne Feinstein, se trataba de la renovación de una orden judicial que ha estado en vigor durante muchos años, a espaldas de la población estadounidense. Y lo más seguro es que no solamente haya ocurrido esto con la compañía Verizon, sino que la orden puede haberse extendido a otros proveedores de servicios de telefonía. A raíz de la divulgación de esta Orden la Administración Obama ha tratado de desviar las críticas, haciendo hincapié en que la Orden no implica que se registre el contenido de las llamadas telefónicas. Pero resulta inquietante que cada vez que se descuelga el teléfono, la NSA esté a la escucha.

Pero si no fuera esto suficientemente preocupante, el jueves The Washington Post informaba de que la NSA ha firmado acuerdos con nueve proveedores de servicios de Internet, – como Google, Youtube, Facebook, Yahoo, Skype, Apple y AOL para permitir a la NSA obtener todo tipo de información privada a través de las comunicaciones. Según este diario, existe un programa secreto denominado PRISM, que permite a la NSA y al FBI extraer “audio, vídeo, fotografías, correos electrónicos, documentos y registro de conexiones que permiten a los analistas rastrear los movimientos y los contactos de una persona en el tiempo”.

Al realizar un cruce de los datos conseguidos de diferentes fuentes, el Gobierno puede realizar con bastante rapidez una imagen detallada de la vida privada de cualquier persona.

El programa PRISM, a diferencia del programa de registro de llamadas telefónicas de la NSA, no realiza un barrido de datos en el vacío. Este programa permite a los analistas del Gobierno la búsqueda a partir de los datos obtenidos de las Empresas en base a unos términos clave, que se supone resulta probable que haya algo extraño. Pero sólo hay una certeza del 51% de que la información divulgada se refiera inevitablemente a los estadounidenses. La información de que dispone el Gobierno es enorme. 

Según decía The Washington Post, según la Guía del Usuario de PRISM para Skype “se puede controlar el audio cuando una llamada se realiza a un teléfono convencional, y el audio, vídeo, chat y transferencia de archivos cuando los usuarios de Skype se conectan a través del ordenador. Google ofrece los servicios de Gmail, voz y hat a través de vídeo, la transmisión de archivos, fototeca y vigilancia en directo de los términos de búsqueda”.

Sede de la Agencia Nacional de Seguridad

El Gobierno afirma que esto se hace en aras de su lucha contra el Terrorismo. Bien, pero también puede ser útil para la lucha contra el Terrorismo obligarnos a abrir nuestras viviendas, maletas, carteras, ordenadores y comunicaciones privadas sin una orden judicial, por la causa probable de que estemos realizando una actividad criminal. El realizar las cosas en privado puede favorecer que se cometan actos criminales. Pero respetar nuestra privacidad hace que sea posible mantener nuestra intimidad, el desarrollo de nuestras ideas y el contacto con asociaciones, sin el temor de una supervisión gubernamental, permitiéndonos pensar y actuar sin interferencias. La privacidad es la sangre vital de una Democracia y de una sociedad libre.

Pero tanto en Silicon Valley como en la NSA, estos valores parecen cada vez más caducos, convirtiéndonos en víctimas de los avances tecnológicos, que permiten el rastreo de casi todos nuestros movimientos. Cada llamada telefónica, cada sitio de Internet que visitamos, cada compra que realizamos, cada depósito bancario, cada correo que enviamos, cada paso que damos queda registrado en el proveedor de Internet, en el Banco, en la Compañía de la Tarjeta de Crédito, etc.

En algún momento después de los sucesos del 11 de septiembre perdimos el equilibrio entre privacidad y seguridad.

En la década de 1970, cuando aún no se preveía la era digital, cosa que ahora damos por sentado, la Corte Suprema decidió que la información que compartimos con terceros no está protegida por la Cuarta Enmienda, ante los esfuerzos del Gobierno para obtenerlos, Como resultado, no se aplica lo recogido en la Cuarta Enmienda sobre los requisitos de sospecha, y el Gobierno tiene las manos libres para obtener información aunque no exista ningún tipo de sospecha en las actividades de una persona, o como en el caso de Verizon, obtener información de todos nosotros. Esa intromisión en la información que transmitimos a terceros es la mayor amenaza para la protección de la privacidad en la era digital, y necesita reconsiderarse de forma urgente.

Pero mientras tanto, el Congreso debe actuar. La ausencia de garantías constitucionales no significa que el Congreso no pueda aprobar protecciones legales. Ya lo hizo en el pasado, por ejemplo en el asunto de los registros bancarios y para la obtención en tiempo real de los datos telefónicos. Pero las revelaciones de esta semana dejan claro que esas protecciones se han quedado anticuadas y son insuficientes. El Gobierno puede tener la autoridad para rastrear a individuos sospechosos de actividades criminales, pero ¿realmente puede rastrearnos a todos nosotros de esta manera?

Estas órdenes secretas y estos programas secretos, que los estadounidenses no sabían de su existencia, están empezando a descubrirse. Si la privacidad ha de seguir manteniéndose, el Congreso debe realizar una investigación a fondo, con el objetivo de informar a los estadounidenses de estas intrusiones en su vida privada, y debe imponer límites racionales para asegurarnos de que siendo inocentes nos consideren terroristas o perpetradores de hechos delictivos, y por tanto sometidos a constante vigilancia.

por David Cole, 7 de junio de 2013
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